Descastada y deslucida corrida de Cuvillo se llevó las ilusiones del cartel estrella de Colombinas.
Con el lote de toros de Morante vimos la historia repetida y vivida ya miles de veces. Toros sin alma desde el capote... varios lances a la verónica sueltos de buen aire... un amago de quite por el mimo palo y una media compuestita en su primero... los animales que siguen tambaleándose... faenas de tiralíneas con dos semovientes... La eterna cantinela de los malos lotes.
Y así sigue pasando la vida, incluso para Morante.
El brocho que hizo segundo salió con más chispa que el abre plaza. Tuvieron empaque las verónicas a pies juntos de Alejandro Talavante, que decidió dar solo un picotazo al toro en el caballo. El de Cuvillo sacó movilidad, pero siempre tendiendo a soltar la cara en el embroque. Pulso y temple aplicó el extremeño en la primera tanda por cada lado. Limado el defecto, Talavante dejó pasajes de gran toreo por ambos pitones. Muy asentado y acinturado, corrió la mano con expresión y ajuste por ambos lados. Pero tres pinchazos abortaron cualquier posibilidad de trofeo.
También sacó movilidad el quinto. Pero un movimiento más informal y de menor entrega por abajo. Talavante esta vez se dejó llevar por la corriente negativa que llevaba el festejo a esas alturas. Siempre por fuera, amontonado y anodina la versión del extremeño. Todo se fue diluyendo a medida que el toro también se fue aburriendo y rajando. De nuevo, el apagón con la espada fue importante, bordeándose el tercer aviso.
Que el bendito público onubense protestase la presentación del tercero de Cuvillo habla perfectamente de cómo era toro. De apariencia anovillada, sin perfiles, rabicorto... además manseó en los primeros tercio. Andrés Roca Rey inició su trasteo por estatuarios. Estuvo firme el peruano, aprovechando la inercia del toro para ligar una buena tanda a derechas. Al natural siguió el asentamiento de plantas y aumentó la redondez de los muletazos.
Sin embargo, al toreo de Andrés le sigue faltando la frescura que poseía el año pasado. Será cuestión de retomar sensaciones con la continuidad de festejos. Mató de una estocada caída y le fue pedida y concedía una oreja de liviano peso.
Sin embargo, al toreo de Andrés le sigue faltando la frescura que poseía el año pasado. Será cuestión de retomar sensaciones con la continuidad de festejos. Mató de una estocada caída y le fue pedida y concedía una oreja de liviano peso.
Con la corrida ya en caída libre, el sexto no arregló nada. Otro toro de discreta presencia, ayuno de casta y con genio cuando Roca Rey le obligó por abajo. Se violentaba el toro y se desesperaban torero y público. Abrevió sin darse coba el torero.
FICHA DEL FESTEJO
Huelva, sábado 5 de agosto de 2017. 3ª de Feria. Más de tres cuartos de plaza.
Toros de Núñez del Cuvillo, terciados y de desiguales hechuras, algunos de ínfima presencia como el tercero. Descastados, deslucidos. El más manejable en el último tercio, el segundo.
Morante de la Puebla, silencio y leves pitos tras aviso.
Alejandro Talavante, saludos tras aviso y silencio tras dos avisos.
Andrés Roca Rey, oreja y silencio
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