Tarde redonda del torero vasco ante una importante corrida de Parladé
Cuando sale el torto encastado y hay un torero firme y vertical la tauromaquia se convierte en un rito admirable.
Por eso Iván Fandiño salía en hombros por la puerta grande Madrid al caer la tarde. Y miles de personas que estuvieron en la plaza salían de la misma hablando de toros, admirados por la actuación del torero de Orduña.
En Madrid se encontraron el toro con tralla y el torero con redaños para colocarse en el sitio, soportar el huracán de embestidas del segundo, meterlo en el engaño y matarlo por el hoyo de las agujas.
Y el quinto, un ejemplar de bella lámina y casta de verdad se encontró a su vez con un hombre dispuesto a salir por la puerta grande. Los pases cambiados de infarto, los naturales de libro, losa redondos poderosos y para el final la suerte de matar a cuerpo limpio, resucitando una suerte antigua, y saliendo encunado. La espada arriba, pero necesitó de dos descabellos. Esta vez el senado de Madrid fue unánime: Fandiño se ganó la gloria a pulso.
EL Cid se encontró con un toro muy blando, el primero, al que trasteó de oficio y no pudo con la casta del cuarto. El Cid, uno de los mejores muleteros de esta época ya declina y su fuerza mental no es la misma de las tardes históricas como aquella de Bilbao y tantas en Madrid. Y ese m ismo Madrid le ha respetado con silencio ayer.
Ángel Teruel tiró de pulcritud ante la falta de fuerza del tercero y corrió la mano con temple ante el sexto que se apagó. El toro tenía calidad y con un poquito de fortaleza le habría permitido a Teruel dar ese paso que necesita en Madrid
No hay comentarios:
Publicar un comentario