SANFERMINES
La ganadería de moda entre las figuras, la más deseada, nunca había lidiado sus toros en Pamplona. Había, pues, cierta expectación para presenciar el juego de los garcigrandes en esta plaza. Y, por supuesto, su primer encierro. En el mismo los toros salmantinos dieron espectáculo en una carrera llena de incidentes en la que estos muy serios ejemplares exigieron lo mejor de los corredores. Un debut con nota en la calle. Pero, y ¿en la plaza?
La respuesta es que el juego de esta corrida en la lidia por la tarde fue pobre, muy pobre, donde la ausencia de casta se hizo notar. Se salva de este suspenso el cuarto toro, y punto.
Y se preguntarán como pudieron cortarles tres orejas con tan poco juego. Es fácil responder cuando delante estaba El Juli, un torero que en Pamplona anda como Pedro por su casa.
A tal punto que en su primero, al que manoseó en un simulacro de faena en vista del moribundo que tenía delante, y al que mató de un espadazo trasero, le dieron una oreja. Oiga, ¡una oreja!. Y pudo cortar las dos del quinto al que fue metiendo en la muleta y corrigiendo sus defectos hasta sacar lo poco bueno del toro. La gente se volcó con El Juli, un torero de riau riau. Por un pinchazo antes del espadazo solo cortó un apéndice, un premio que nada tiene que ver con la orejita del segundo. Cosas de Pamplona
Finito dejó masacrar en varas al primero,que llegó fundido a la muleta entre la ira del público. En el cuarto, el toro con más entidad de la corrida. Algún muletazo aislado no le salva del petardo. ¿Qué pintaba Finito en San Fermín?
Pamplona, jueves 10 de julio de 2014. Toros de Garcigrande (2º y 3º) y Domingo Hernández, bien presentados pero de diferentes hechuras y remates y de variado juego. Destacaron el buen cuarto y el quinto. Finito de Córdoba: Bronca y pitos tras dos avisos; El Juli: Oreja y oreja tras aviso; Alejandro Talavante: Oreja y silencio. Entrada: Lleno.
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