Y a todo esto, cuando acaba de terminar la feria de San Fermín que este año ha dejado muchas cosas en el sitio que ahora mismo les corresponden, del monstruo de los monstruos, José Tomás, nadie se atreve a decir nada salvo José Ramón Márquez que suele estar al loro con la coña marinera que le caracteriza.
El caso es que J T está perdiendo apoyos mediáticos a pasos agigantados. Hasta se dice, se habla y se comenta que en el periódico que más ha venido sosteniendo su bandera contra cualquier viento y cualquier marea, la nueva superioridad del diario ha dado órdenes que den leña al mono sin contemplaciones. Eso explica el frenazo y la marcha atrás del incondicional tomasismo que les había distinguido en los últimos años de falsa gloria llevada hasta el infinito a través de Premio Paquiro, en su día instituido para uso y disfrute casi exclusivo de J T.
Pero como los que manejaban el parné que lo patrocinaba ya no “mandan” e incluso están muy enfadados con el ínclito por el funesto incumplimiento de la promesa que el año pasado hizo ante los máximos prebostes de su “tinglado” y en presencia de Javier Aresti que, ingenua y señorialmente, creyó a pie juntillas que a J T le tendrían presente en la corrida conmemorativa de la fundación de la villa de Bilbao del presente año 2014 , tal y como el de Galapagar se comprometió en persona delante de las barbas de los más interesados en conseguirlo, el trato de favor que disfrutaba se ha ido a tomar gárgaras.
Pero es que, además y a la vista de la triste realidad del evidente mal estar de José Tomás en sus por ahora dos únicas apariciones en España, la de Granada y la de León y a cómo fueron cantadas cual “históricas”, se teme que tras la anunciada como tercera aparición en la agosteña feria de Málaga, donde se anuncia un mano a mano con el jinete Pablo Hermoso de Mendoza, cortará el grifo hasta sabe Dios cuando.
Cosa que, de confirmarse, lo sentiríamos infinitamente porque no hay cuestión más divertida que leer los ditirambos que le dedican los que todavía creen que han visto maravillas y en los vídeos que, inevitablemente, se difunden en la red, lo que se ve es a un torero a la deriva que, si le cambiaran la cara y lo nombraran como Pepito Fulánez, la gente que fuera a verle saldría corriendo en busca de una efectiva purga contra las indigestiones.
Lean ahora el divertido artículo de José Ramón Márquez publicado hace días en el hospital de cuantos escribimos en distintas páginas web y en las redes:
<<Uno más o menos tenía pensado no gastar su tiempo escribiendo de ese Feriante con cara de que le debes algo llamado José Tomás, ¡con lo que pudo haber llegado a ser ése hombre!, pero la noticia que anda por ahí de que ha rechazado un premio merece un pequeño comentario. Dice el titular que el Comandante del Puesto de Galapagar ha rechazado el Premio Universitario Joaquín Vidal, y ésa es una gran noticia, porque es el primer rasgo de honradez y de coherencia que se ve en el ciudadano Tomás Román en muchos años. Lo feo hubiese sido irse a agarrar el premio sin más ni más, como si fuese un vulgar Paquiro (PPPP: Prestigioso y Pingüe Premio Paquiro), ese premio creado ad homine para el enaltecimiento del ciudadano Tomás Román. Lo fácil hubiese sido decir que sí, que adelante, que dónde hay que ir a recoger el premio y dar la ocasión a los organizadores y sus amiguetes para que se hagan selfies con el Feriante, pero acaso en el ánimo del Pasmo de Galapagar haya pesado aquella demoledora frase que debemos a la impar pluma deVidal: «A este le han dicho que es galáctico, y se lo ha creído» y haya decidido perpetrar esta postrera vendetta contra el difunto periodista, que la venganza es un plato que se sirve frío.
Y también ¿a quién se le ocurre darle el premio Vidal Vizcarro al Tomasito de Galapagar? Manda narices, que se ve a las claras que los organizadores a lo que van es al roce y, como se dijo antes, al selfie.
Dejemos las cosas como están. Dejemos a Tomás con sus corriditas amañadas, hoy con dos comparsas, mañana con un rejoneador, acompañado cansinamente de todos esos conversos que le siguen en triste procesión por los pueblos de España, como a una Juana la Loca del antitoreo; dejemos a Tomás con su sustancioso Paquiro y no mezclemos con él la memoria de Vidal, que siempre fue un aficionado, que nunca fue un taurino, que fue un hombre con sentido del humor, ajeno a conciliábulos y taurineos.
Den el premio Joaquín Vidal a Miura, que es lo que él hubiese votado y déjense de monsergas. En el pecado llevan la penitencia.
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