RAFAEL ASTOLA TRIUNFA EN LA REAPARICIÓN DE TERRÓN
La gravísima cogida sufrida por Pablo
Gómez Terrón en el festejo celebrado el 19 de marzo había quedado,
afortunadamente, en el olvido y el novillero triguereño reapareció en la misma
plaza en un festejo extraordinario celebrado el 5 de julio de hace medio siglo.
Ni que decir tiene que la respuesta
popular fue grande y los tendidos del coso onubense se llenaron, con la
presencia de numerosos partidarios de Terrón que tenían muchas ganas de verle
de nuevo en la arena.
Para la ocasión, se contó con un
encierro de Diego Garrido que, en general, fue bueno, excepto el que salió en
quinto lugar. Los novillos fueron fuertemente castigados y, por ello, algunos
llegaron algo quedados a la muleta.
Pablo Gómez Terrón se lució al recibir
a su primero con tres verónicas de majestuosa compostura y se lució en un
precioso quite por chicuelitas. Duramente picado en los tres encuentros con los
caballos, el animal llegó quedado a la muleta y Terrón lo trasteó
inteligentemente aunque, al final de la muleta, notó el agotamiento físico de
su inactividad. Por ello, realizó una faena no muy amplia, con los muletazos
precisos, antes de dejar una gran estocada, siendo muy ovacionado al concluir
su quehacer.
Con el quinto, el garbanzo negro del
encierro, el triguereño se mostró más confiado para realizar una faena cuajada
y con enjundia, iniciada con dos pases por alto para continuar con cinco
redondos rubricados con el pase de pecho. Terrón toreaba muy cerca del novillo
cuando lo pasaba al natural, con un toreo suave y lento. Tenía ganados los
trofeos pero, tras media estocada, el novillo se amorcilló por lo que precisó
de dos nuevas entradas y un descabello.
Por percance de “Lucentino” mató
también el cuarto, luciéndose en una serie de redondos antes de igualarlo para
dejarle media estocada y un descabello, volviendo a ser ovacionado por el
público que estuvo durante todo el festejo con el torero que demostró estar
totalmente recuperado del percance sufrido cuatro meses antes y que hizo temer
por su vida.
El veterano “Lucentino” demostró con
su experiencia y voluntad sus conocimientos para realizar una faena basada en
el valor. Fue ovacionado con su primero y, cuando pasaba de muleta al cuarto,
fue enganchado por la ingle y, en la enfermería, se le apreció contusión en el
abdomen y shock traumático.
El triunfador del festejo fue el
sevillano Rafael Astola que puso de manifiesto un toreo alegre, con el que se
ganó al público. Lució variedad con ambas manos tanto al torear de pie como de
rodillas. No estuvo afortunado con los aceros en su primero por lo que perdió
los trofeos y el triunfo quedó en una aplaudida vuelta al ruedo. Mejoró su
actuación en el que cerró plaza, especialmente cuando toreó al natural y
terminar su faena con manoletinas mirando al tendido. Tras una estocada,
necesitó un descabello por lo que la presidencia le negó la concesión del rabo
solicitado y ello produjo el lanzamiento al ruedo de numerosas almohadillas en
señal de protesta antes de que el trianero saliese a hombros por la puerta
grande
Por . VICENTE PARRA ROLDÁN
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