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domingo, 19 de junio de 2016

LA FOTO

ISTRES (FRANCIA)
El maestro de Chiva se cambió de luces a la pajarita en mitad de la tarde en la que cortó ocho orejas y dos rabos tras indultar a un toro de Núñez Cuvillo; ya había cortado las dos y el rabo a un juampedro de vuelta al ruedo; se lo llevaron a hombros ataviado de gala.
La Francia Taurina que se ha visto estos días en televisión no representa la lucha de los aficionados del país vecino por la verdad de la fiesta. La feria de Istres esta presa de la nueva tauromaquia del toro cómodo, con olor a after y torerista por los cuatro costados.


En otras partes del país, como Vic, Bayona se deben estar rasgando la vestiduras por la imagen que a través de las cámaras de canal plus se ha dado al exterior de cómo funciona la tauromaquia en Francia.

Yo sigo creyendo en ese modelo que premia a los triunfadores y pone en valor al toro bravo y a su integridad; y a todas las suertes de la lidia. En estos tiempos donde la batalla siempre la gana la comodidad y la rufianería, es un honor que todavía queden aficionados capaces de seguir el modelo que mejor le viene a la fiesta. El modelo de la verdad.

Lo de Istres empezó de risa y ha acabado de carcajada limpia.

La risa me la produce ver a unas figuras capaces de todo con toros impropios de su nivel. Da risa ver a Talavante en un estado estratosférico pero que la presencia del toro con el que se pone delante baje el nivel por debajo de tierra. Talavante necesita un toro bravo que se lo quiera comer delante. Ahí veremos al verdadero torero y podremos partirnos la camisa o cantar por bulerías su excelente mano izquierda.

Diego Urdiales está tardando en volver a los grises. Su comodidad a lo FIT lo está llevando a pasar desapercibido. Urdiales es torero de ganarse los contratos tarde a tarde. Así el riojano molaba más.

López Simón sigue a su aire y con el toro demasiado edulcorado delante. Creo que el torero tiene la capacidad de abandonar los Zalduendos para darnos una alegría con algo más subidito de casta y presentación.

No quiero perder la apuesta. Un día dije que José Garrido llegaría muy lejos en esto del toro y su actuación en Istres me ha decepcionado. Le dejo margen de maniobra pero a la próxima quiere de una vez por todas cantar las grandezas de un torero con condiciones para ser grande.

Y llega lo de Ponce, preparado para la ocasión, con indulto incluido. Mucho azúcar y felicidad. Mucho confeti y anuncio de compresas. Una Ópera cantada por Mario Vaquerizo con esmoquin incluido.

Si ya los toros a los que se ha enfrentado eran un insulto a la tauromaquia, ponerse delante con un esmoquin como Pedro por su casa, haciendo desaparecer la emoción por el circo y dando a entender que delante de un toro se puede poner hasta Felipe Juan Froilán ha sido lamentable.

Mis respetos a Ponce, su carrera es intachable, pero el fallo de hoy, con tantos años de alternativa  a sus espaldas y el respeto que se supone que tiene por la profesión, ha sido garrafal.

Fran Pérez @frantrapiotoros

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