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lunes, 27 de mayo de 2013

Tal día como hoy... 27 de Mayo 1894


La leyenda negra de Los Miura continúa...

Manuel García y Cuesta “Espartero”, es herido de muerte en la plaza de Madrid, por el toro "Perdigón" de la ganadería de Miura.
Aquella tarde en Madrid el toro de nombre "Perdigón", un colorao, ojo de perdiz, terciado y corto de cuerna, aunque bien colocado, entró en la historia de la Tauromaquia por ser el tercer astado de la ganadería de Miura, que hería mortalmente a un torero.

El toro cumplió, pero se mostraba tardo y muy dolido en el castigo,se defendió mucho en el tercio de banderillas.

Espartero” logró hacerle una gran faena a base de su gran oficio y aguantando las coladas del toro por el pitón derecho, lado por el que se acostaba peligrosamente.

Lo cuadró el torero a la altura del tendido 9 y le entró a matar al volapié pinchando en buen sitio y saliendo enganchado del embroque sin más consecuencias.
Enrabietado por el percance se fue de nuevo a la cara del toro y tras algunos pases lo cuadró delante del tendido 10,entró de nuevo a matar consiguiendo una estocada hasta la bola algo contraria.
El toro le tapó la salida y "Espartero" perdió el equilibrio, al caer al suelo fue empitonado por el de Miura en el vientre.

Según cuentas las crónicas periodísticas de la época, ambos, torero y toro, quedaron tendidos en el albero. El animal dando los últimos estertores y “Espartero” con las rodillas junto a la barbilla, estremecido del fuerte dolor que sintió con la cornada. 

Los tendidos gritaban aterrorizados al darse cuenta de lo ocurrido. El ruedo se llenó de gente que corría para auxiliar al torero herido, pero la muerte estaba ya agazapada en su herida.

El doctor Marcelino Fuertes certificó la muerte... "en un estado de profundo colapso, presentando una herida penetrante en la región hipogástrica con hernia visceral, una contusión en la región esternal y clavicular izquierda. No pudiéndose hacer nada por él se le administraron los sacramentos, falleciendo el herido a las cinco y cinco minutos de la tarde" 
Toda España lloró la muerte del diestro.

“Espartero” fue revolucionario del toreo, un torero grande, arriesgaba cada tarde y justificaba su entrega ante quienes le reprochaban demasiada exposición una vez conseguida la gloria, con una frase que ha quedado para los restos...

"Más cornadas da el hambre".

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