Cuando tan solo en dos meses, el Covid-19 ha dado la puntilla a 90
festejos taurinos y las cuadrillas --sin incluir matadores y al
personal de plaza-- han perdido ya casi dos millones de euros, las
organizaciones profesionales de toreros, banderilleros, picadores, mozos
de espada. Han dirigido un muy bien razonado escrito a las Secretarías
de Empleo y Seguridad Social, ante las que denuncian no poder acogerse,
por la singularidad de su forma de contratación, a las medidas adoptadas
por el Gobierno para la protección de los trabajadores.
Un verdadero
drama profesional y personal que tiene que ser escuchado y resuelto.
Los profesionales taurinos han remitido una carta a las Secretarías de Empleo y Seguridad Social en la que exponen su «desamparo laboral»
ante el estado de alarma, al no poder acogerse, por la singularidad de
su forma de contratación, a las medidas adoptadas por el Gobierno para
la protección de los trabajadores.
El texto, al que ha tenido acceso Efe,
está firmado conjuntamente por la Unión de Toreros –que agrupa a
matadores de toros, novilleros y rejoneadores de toda condición, y no
solo a las grandes figuras-, la Unión de Picadores y Banderilleros y la
Asociación Sindical de Mozos de Espadas, e invoca a la promesa del
presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, de que «no se dejará a nadie atrás».
Concretamente,
los profesionales del toreo ponen en conocimiento de las autoridades
laborales que las medidas referentes a la protección de los trabajadores
autónomos no resultan aplicables a matadores y cuadrillas, «que son
considerados como trabajadores por cuenta ajena en el marco de una
relación laboral especial de artistas en espectáculos públicos».
Del
mismo modo, tampoco lo son las que afectan a los trabajadores por
cuenta ajena, pues para este caso las prestaciones extraordinarias por
desempleo están condicionadas a la tramitación de un ERTE «que no tiene
encaje en la dinámica de la contratación» de este sector, al igual que
sucede en otros espectáculos artísticos.
En
la carta remitida a ambas Secretarías de Estado, toreros, subalternos y
mozos de espadas añaden que ni siquiera pueden acogerse al último Real
Decreto del 28 de marzo, que contempla un subsidio excepcional a
trabajadores con contratos temporales, que excluye los inferiores a dos
meses y que también exigiría de un ERTE previo.
Los
profesionales inscritos en estas tres asociaciones, que suman cerca de
2.000, consideran que la paralización total de la actividad taurina
«implica una gran pérdida de empleos», que sólo en la etapa comprendida
entre el 9 de marzo y el 10 de mayo han dejado de generar a las
cuadrillas unos ingresos cercanos a los dos millones de euros.
Por
todo ello, y siempre en defensa de los compañeros menos favorecidos,
piden a la administración que proteja «la legítima expectativa de todos
los trabajadores taurinos a ocupar los sucesivos puestos que el
calendario tradicional les venía ofreciendo y que han sido suspendidos
por las medidas del estado de alarma, que en lo que se refiere a
espectáculos abiertos a la pública concurrencia se prolongará a buen
seguro más allá de la vigencia de éste».
Para
solucionar esta crítica situación, toreros y cuadrillas -que siguen
ofreciéndose a cualquier acción solidaria que se les requiera- solicitan
al Ministerio de Trabajo que adopte «medidas compensatorias» del cese
de la actividad, que deberían consistir en una prestación extraordinaria
por desempleo que contemplara las peculiaridades de la contratación en
el sector taurino.
Creen
asimismo que esas medidas deberían incluir a todos los trabajadores
incluidos en el censo de activos taurinos a fecha del 31 de diciembre de
2019, quienes, sin quedar supeditados a la acreditación de contrato
alguno, percibirían dicha prestación calculada sobre las cotizaciones
efectuadas en los 365 días anteriores a la entrada en vigor del Real
Decreto que introdujo estas ayudas, y que no debería ser inferior al
salario mínimo interprofesional.
En
ese sentido, los profesionales taurinos consideran que la duración de
esta prestación extraordinaria debería extenderse hasta el momento en
que el Gobierno autorice definitivamente la celebración de espectáculos
abiertos, así como piden que, para paliar los efectos de la falta de
sueldos, se suspenda la obligación del ingreso de cotizaciones de la
regularización del ejercicio de 2019.
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