Morante de la Puebla regaló a los aficionados que lo vieron en Jerez una memorable tarde de toros. El cuarto festejo de la Feria del Caballo ( 8-5-2010) se recordará mucho tiempo por el toreo deslumbrante que fue capaz de esculpir, de cincelar el diestro ribereño, a pesar de que le correspondiera el lote más deslucido de la corrida que presentó Núñez del Cuvillo. Desde las verónicas de recibo a su primero hasta la faena redonda al quinto -dos orejas y petición de rabo-, Morante dejó la sensación de que no es posible torear más lento.
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