Buscar este blog

viernes, 18 de mayo de 2012

Más tardes de clavel.

Hola figuras, adiós figuras...
Seguimos de toros por Madrid, el desproporcionado maratón taurino de San Isidro no ha llegado aún ni a la mitad del ciclo. Ayer la plaza estaba a reventar, hicieron acto de presencia las que dicen máximas figuras del toreo, y digo "dicen" porque a mi entender no pueden ser calificados como figuras unos toreros que comparecen solamente un día en todo el ciclo isidril, serán grandes toreros pero una figura del toreo debe demostrarlo en Madrid por encima de todas las plazas, tendrá que soportar la presión del público que, como siempre ha sucedido, los recibirá con la máxima imposición, habrá de convencerlos con su buen hacer y finalmente deleitarlos con su arte y su sabiduría.

Lejos de aquellos tiempos en los que las figuras soportaban el peso de la que era la mejor feria del mundo, ahora, como digo, comparecen a una sola tarde, y claro, esta situación se convierte en un arma de doble filo y pasan cosas que no son normales en esta plaza. Todo el público taurino de España quiere estar en día tan señalado, es la única oportunidad para ver a los artistas, partidarios de todas las provincias llegan a Las Ventas deseosos de animar a su torero.
 Incluso el público madrileño, cansado de la mediocridad que soporta día tras día quiere ver algo bonito a toda costa, es la única oportunidad. Todo ello torna en una actitud contagiosa en favor de los toreros, de júbilo, y hace que la plaza de Madrid pierda el acertado criterio que mantiene otras tardes de San Isidro valorando a los toreros que no son figuras.

Pero no todo son alabanzas, acertadamente la exigencia está por encima del resto de toreros y, como secularmente ha sucedido en esta plaza, hay un sector iconoclasta que reniega de los máximos espadas, achacándoles muchos de los males que se sufren en la Fiesta, alguno degenera de tal forma que renegará pase lo que pase, los cabales opinan diligentemente con su compañero o los vecinos de todos los días, y los sabios callan.

Entre estas dos corrientes que he descrito, en los últimos años, se viene produciendo un ambiente de tensión en los tendidos muy desagradable que tendría solución si, por ejemplo, Manzanares y Talavante comparecieran en San Isidro cuatro o cinco tardes y el público de Madrid se habituara con ellos, haciendo el esfuerzo con alguna ganadería en buen momento del gusto de la afición, léase Celestino Cuadri, Dolores Aguirre o Albaserrada, y además se dejaran de producir los bailes de corrales de los últimos años que son muy indecentes.
Los toreros también se quitarían el peso de tener que jugárselo todo a una carta y demostrar su saber en una sola comparecencia.


Por Vazqueño ( Blog Dominguillos)

No hay comentarios: