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domingo, 20 de mayo de 2012

Héroes, principes y guerreros.


Por Javier G. Baquero / Sanlúcar
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Sanlúcar de Barrameda.
Un placer acercarnos a la desembocadura del rio grande de Andalucía. Tierra amable. Bonita e interesante tarde de toros la vivida hoy en el precioso coso sanluqueño. Padilla ejerció del héroe que regresa al hogar, cariñosa la plaza con su torero, brindis a Sanlúcar y al doctor que le operó del nervio facial. Luego toreó con buen son al primero y enjaretó una faena clásica al que hizo cuarto, rematada cumbre con la espada. Vuelta al ruedo con su hijo y a hombros al finalizar. Toda la gloria para el semidios que vuelve al hogar.
Manzanares es un príncipe del toreo. Está en racha, lo ve claro, torea a gusto, gusta y se encanta. En dos toros distintos mostró su tauromaquia de pellizco en el segundo y su oficio en el sexto.
Luque estuvo en el Luque que se espera, guerrero de arte, retador, entregado, toreando como se hace el toreo, media muleta por el albero, y de arriba abajo, largo y poderoso. A Arrojado, bendito nombre de la casa de El Grullo, le supo dominar y cuajar obviando sus dificultades, fresco y resolviendo. Eficaz con la espada y con ganas con el capote, Luque quiere retomar el pulso y tiene argumentos para hacerlo.
La corrida desigual de presentación y juego muy interesante sirvió para el triunfo y para el toreo de más oficio.
Se luce Padilla de recibo a la verónica. Pone banderillas con solvencia y gallardía, en especial el tercer par al violín. Tras un emotivo brindis al publico, comienzo de faena rodilla en tierra. Deja dos series de inicio que ponen la tarde a favor del Ciclón, con un toro noble y repetidor. El torero, embraguetado, al natural donde el toro es más exigente. Padilla responde con torería, la plaza en pie, culmina con estocada pelín atravesada y descabello.
En el segundo, no se luce Manzanares de capa, pero destaca la cuadrilla como es norma de la casa. El toro adolece de falta de fuerzas. El alicantino realiza una labor de enfermero con chispazos de enjundia, manejando tiempos y alturas, sin emoción por falta de enemigo. Estocada al volapié, trasera y efectiva.
El tercero es recibido por Luque con dos veronicas profundas y un quite con sabor. El toro flojea y el de Gerena lo entiende por ambos pitones, lo espera y aprovecha la excelente condicion de este Arrojado. Pide Luque que se pare la música, el toro se cuela dos veces y casi le endiña. Torera segunda parte de faena, con la plaza a su favor, forma un lío y aguanta miradas. Gustosos cambios de mano, remates, series cortas y de transmisión, mata de estocada desprendida. Dos orejas y rabo.
Al cuarto lo entiende Padilla por verónicas y delantales, lo cuaja en banderillas, en tres pares culminados con otro al violín importante. Brinda al doctor García Perlas y se pone de rodillas al hilo de las tablas. Ha vuelto el Padilla más entregado. El toro aprieta y el torero se lo saca al tercio, es un animal más complejo que sus hermanos, con más teclas que tocar. El matador del parche en el ojo vuelve a su concepto de encimismo y poder, le cantan desde el tendido, lo pasaporta de espadazo y cobra una oreja de merito.
El quinto no se deja en el capote, pelea bien en el caballo, saludan Curro Javier y Blazquez en banderillas. El viento arrecia y el de Alicante domina al rebrincado Cuvillo con oficio y temple, series medidas, sentido de las distancias y faena larga, refrendada con los aceros en la suerte de matar.
Luque se mostró muy firme con el complicado sexto. Paró la música y basó su faena en el dominio. Labor intensa ante un enemigo que reponía y quería coger. Se pasa de faena. Mata de pinchazo y estocada trasera y efectiva recibe aviso y oreja.

Ficha del festejo:
Plaza de toros de Sanlúcar de Barrameda (Cádiz). Tarde de muy buena temperatura, con rachas de viento. Casi lleno en los tendidos (4000 personas). Ganado de Núñez del Cuvillo. El primero, negro mulato, mal picado, bien presentado, noble y repetidor, aplaudido en el arrastre. Segundo, colorao ojo de perdiz, bien presentado y noble, pero inválido. Tercero, bragao y axiblanco, justo de fuerzas, de noble condicion y cuna, se llama Arrojado, bravo y miron, premiado con la vuelta al ruedo. Cuarto, colorao, justo de fuerzas no se entrega nunca, complicado y agarrrado al suelo. Quinto, negro mulato, reservón y de descompuesta embestida. Sexto, negro, complicado, reponiendo.
Juan Jose Padilla (nazareno y oro): dos orejas y oreja.
Jose María Manzanares (nazareno y oro con cabos blancos): oreja y dos orejas.
Daniel Luque (vino tinto y oro): dos orejas y rabo y oreja.

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