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lunes, 22 de julio de 2013

Una corrida goyesca en Archidona


La reconvertida plaza Ochavada se convirtió ayer en un magnífico ruedo El público vistió con trajes típicos
JAVIER FLORES. ARCHIDONA ( Malaga Hoy )
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Vista exterior de la plaza de toros que se creó ayer en Archidona.
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Dos mujeres conversan minutos antes de iniciarse la corrida.
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Tarde de toros en Archidona. Día de Goyesca en la reconvertida plaza Ochavada en ruedo por un día. El ambiente taurino se nota en la cabecera de comarca de Nororma. Almohadillas, caballos de picar atados a una reja y una improvisada taquilla oficial en un pequeño local a las puertas de la ayer plaza de toros Ochavada. 

En sus alrededores se pueden ver imágenes que habitualmente se quedan el patio de cuadrillas. La preparación de los caballos, la llegada de los toreros o las mulillas esperando a que termine la faena. Todo ello en plena calle. Y es que el centro de Archidona se convierte por un día, desde hace cuatro años que se recuperó esta corrida, en una plaza de toros improvisada. Tampoco faltaban los tradicionales puestos de venta de almohadillas en los alrededores del coso archidonés. 

En las gradas tampoco falta de nada. Los tradicionales vendedores de almendras incluidos, a los que se unen aquellos que ofrecen refrescos, pipas o patatas. Es un día de fiesta en Archidona y entre el público se nota. De hecho, lidiado el tercero de la tarde, llega el momento de la merienda y los bocadillos y las neveras hacen acto de presencia, incluso llegan a verse pasteles en algunos rincones de esta plaza situada en un marco incomparable. Un día que no se quiso perder tampoco la rectora de la Universidad de Málaga, Adelaida de la Calle, o el diputado provincial de Turismo, Jacobo Florido. 

Ayer había dudas de que se pudiese llenar, pero ni las azoteas y los balcones de la plaza se quedaron vacíos y Archidona pudo vivir su Goyesca más malagueña, con los diestros Javier Conde, Salvador Vega y Rafael Tejada, todos ellos de la provincia. 

Los diestros pusieron un gran esfuerzo en el ruedo y el público supo reconocerlo en forma de orejas, aunque en algunos de los casos fuesen muy generosos con los triunfos concedidos en función de la faena realizada. El culmen del delirio entre el público llegó con la faena de Salvador Vega a su segundo, quinto de la tarde "Lancero" de la ganaderia de Albarreal , que fue indultado. Fue despedido a grito de "torero, torero".

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