Por Vicente
Parra Roldán

Este verano se ha sacado de la manga,
para explotar aún más a los jóvenes alumnos de las Escuelas Taurinas, un
programa de larga duración y escaso contenido taurino, pero que sirve para
cubrir varias horas de emisión y, de camino, tratar de presumir de audiencia a
esas horas.
En un reciente programa, en el espacio
dedicado a un torero de raíces onubenses, Emilio Silvera, compareció su padre
para, con ocasión de su mayoría de edad, hacerle un regalo: un capote de paseo.
Hasta aquí, todo es normal; pero el “ilustre presentador” no se preocupó de
conocer el origen de ese capote que lleva bordada la imagen de la Virgen de la
Cinta.

Este galardón se puso en litigio desde
el año 1.986 hasta 2.011, fecha en la que, por cuestiones económicas, el
Ayamonte decidió modificar el contenido del trofeo que se concede al autor de
la mejor faena del ciclo agosteño.
El nacimiento de este trofeo es
curioso. En un principio, el Ayuntamiento no participaba en el patrocinio de
los galardones y, tras la reinauguración de la plaza de La Merced, el acto de
entrega se convirtió en una auténtica fiesta social y taurina, por lo que el
entonces alcalde de Huelva José Antonio Marín Rite quiso que la ciudad también
colaborase, comunicándoselo así al presidente de la Tertulia, Alfonso Robles
Raggio.
Pero eso es precisamente lo que
desconocía tanto el responsable de la información taurina como la presentadora
del programa (curiosamente, Medalla de la Ciudad de Huelva y amiga personal de
Emilio Silvera), quienes no supieron explicar el origen del regalo que, por su
mayoría de edad, Emilio Silvera le hizo a su hijo, que, como le dijo su padre,
ojalá lo luzca durante muchas tardes y, por qué no, ganarlo alguna vez si
vuelve a ponerse en litigio.
1 comentario:
Pues no puedo estar mas de acuerdo con Vicente Parra. Mas claro...el agua.
Saludos.
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