El toro no solo debe tener pitones, como la corrida de ayer, exagerada, ni trapío, que también los tuvieron los adolfos.
El toro que defendemos es el toro que se mueve, que embiste con codicia, que va largo y se presta para que la emoción del buen toreo impere. Lo de ayer no le vale a nadie
Y a los que menos a Urdiales, Escribano y Aguilar que se las vieron moradas para pegar un pase decente. Lo más decente, a propósito, un par de banderillas de Escribano sentado en el estribo, al quinto, un toro que antes había volado, literalmente, hasta el callejón.
Es decir, que a falta de embestidas, un toro resultó volador...



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