La Raya o Frontera es una línea imaginaria trazada por políticos que secularmente ha venido dividendo a pueblos hermanos, dando origen a nuevas divisiones político-administrativas que tiene que ser aceptadas y que las comunidades rayanas no comprenden.
La Plaza de Toros de La Ermita de San Mamés está en el actual terminó de Rosal de la Frontera (Huelva), muy próxima a la villa Verde de Ficalho, en el Alentejo portugués.
A estos pagos, además de los ganaderos del norte, pacían otros del Ándevalo (Santa Bárbara, Cabezas Rubias, El Cerro, etc.) y ganados de Portugal, sobre todo de Serpa.
Los pastores, en general gente joven con ganas de fiestas, fueron los promotores y principales protagonista de las fiestas, peculiares estas, ya que tenían claros elementos de la cultura norteñas, como eran las jotillas y las mascaradas, portuguesas con participación y venta de dulces en soportales de la ermita y andaluzas o serranas por estar la ermita en estos pagos.

En la festividad de este, que dura tres días, se celebraba la santa misa con importante sermón a cargo de un padre venido de Sevilla para la importante función, se hacía procesión del santo que venía de Aroche, donde se había celebrado el triduo en su honor, dándole tres vueltas al contorno de la ermita. Durante esos días, en los porches se instalan puestecillos de artesanía, dulces, telas… Y donde los lugareños tenían la oportunidad de adquirir productos que eran difíciles de obtener en otras épocas de año.
A la festividad acudían vecinos de Aroche, Aldea del Gallego (Rosal de la Frontera), Cortegana, Almonaster la Real, Galaroza, Santa Bárbara de Casa, Aldeia Nova de San Bento y, sobre todo, Serpa, donde el santo tenía sus Mayordomos.
El coso de la Ermita de San Mamés
Próximo a la ermita, en una pequeña explanada, al sur, se celebran los “juegos de toros”. El coso era, junto a la Misa Mayor y el Sermón, el acontecimiento que mayor número de personas acogía de las fiestas.
Era el momento más esperado, a partir del cual los actos religiosos daban paso a los lúdicos, entre ellos, la suelta de toros en el recinto del Coso.
Previamente se había nombrado el Mayordomo de las Vacas que era el encargado de buscar su equipo para organizar ese capítulo de las fiestas.
Su trabajo consistía en la reparación de la empalizada y después Plaza de Toros (albañiles, carpintero, herreros, etc.) para tenerla a punto para el día de fiestas. Asimismo, la compra de los toros o recogida de los mismos, si eran de limosna al santo, tenerlos en el toril, alimentarlos y manejarlos hasta el día de la festividad. Tener la comida y agua para el ganado y los vaqueros. Hasta 1599, fecha de la construcción de la Plaza de Toros, los juegos de toros se hacían en empalizadas que previamente el Mayordomo de Vacas y su equipo habían ido recogiendo maderos y montando la empalizada y chiqueros para la fiesta.
Fue el 29 de agosto de 1599 cuando queda reflejado en un documento la construcción de una plaza de toros.
“En la Villa de Aroche, que es la tierra y jurisdicción de la ciudad de Sevilla, en veintinueve días del mes de Agosto de mil quinientos y noventa y nueve años, (…) demás que abaxo firmaron sus nombres dixeron que por quanto ellos tienen comprado u Toro que les costó diez y nueve ducados que ellos movidos de devoción del bien aventurado Sr. San Maméd para la fiesta de su día vaya en aumento quieren dar el dicho toro que tienen comprado, para que se gaste en hacer un Coso en el bien aventurado para que se puedan lidiar toros el día de su fiesta dando licencia quien para ello la tiene y para que esta obra se haga como tienen dicho nombrarvan y nombraron por mayordomo y depositario del dicho toro y mandas que para el se le hicieren al Ldo. Juan Parreño Mexia ansi mismo dueño del toro para que lo tenga en custodia y guarda y gaste y distribuya el dicho toro en la dixha obra según y como mas bien visto les fuere encargándole en todo la conciencia y quedad dado caso que no se pueda hacer ahora sea porque no se quiera dar licencia para que se haga o por otra razón qualquiere que fueren quieren y es su voluntad que ninguna Justicia Seglar ni eclesiástica, ni Prior, ni Visador ni Mayordomo del Sr. S. Mamed por su propia autoridad pueda pedirle cuenta al dicho Ldo. Parreño sino fuere a pedimento de todos los dueños del dicho toro o la mayor parte de ellos, porque asi quieren y es su voluntad (…).
Fernando Vázquez, francisco Vázquez, Sebastián Márquez, Andrés Miguel, Juan Cid, Esteban Gómez Masera y Bartolomé Rodríguez”.
El toro, a 41 reales
La Plaza o coso de san Mamés recibió las oportunas licencias construyéndose en forma cuadrada con un chiquero correspondiente y año tras año. Pentecostés tras Pentecostés dando alegría a todos los asistentes a la festividad del Santo.
La comunión de españoles y lusos en la festividad del Santo fue cita anual en Pentecostés hasta factores como la desaparición del Real y honrado Concejo de la Mesta en 1835 y la ruina de la ermita, junto con la aparición de la nueva población del Rosal de Cristina a la que pertenecerían estos terrenos, hicieron que la imagen del Santo fuese trasladada a Aroche y la ermita y plaza de toros cayesen en la ruina total, situación en la que actualmente se encuentra.
En la actualidad, el Coso o Plaza de Toros de la ermita de San Mamés sería la más antigua del mundo, seguida de la ermita de Santa Eulalia en Almonaster la Real, de 1608, la plaza de las Virtudes de Santa Cruz de Múdela (Ciudad Real) de 1641, y la de Campofrío en Huelva, de 1717.
Texto: Antonio Rodríguez Guillen “Chamizo”
Centro de Investigación: Memoria e Historia de la Sierra.
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