La primera plaza del mundo baja la persiana; por mejor decir, se la bajan las autoridades madrileñas, el Ayuntamiento y el Gobierno de la Comunidad.
Una gravísima decisión que exige de muchas explicaciones.
En realidad, la decisión del cierre debiera corresponder en exclusiva a la propiedad, que a su vez podrá aducir el total desentendimiento con las autoridades municipales, que no aprueban las correspondientes licencias de obra que se han solicitado.
Al final, el pulso entre Cifuentes y Carmena lo pagamos entre todos.
Para eso no les elegimos ni a una ni a otra.
Ahora resulta que aquella previsión del Gobierno autonómico no respondía a la realidad: hay que hacer muchas más obras que las contenidas en el pliego.
Con lo cual, se causa un doble daño al adjudicatario: se le exigieron unas inversiones para cumplir unos requisitos que no eran los necesarios y se le causa el perjuicio económico de no poder realizar sus actividades por un tiempo indefinido.
Por otro lado, se produce --y eso habrá que aclararlo muy bien-- un choque frontal con los intereses de los madrileños –más de 600.000 sólo en el pasado abono de San Isidro--, que ahora se ven privados de poder materializar sus aficiones y su ocio. Todo por desacuerdos entre el Ayuntamiento de Carmena y el Gobierno de Cifuentes.
Pero entonces se callaron y ahora lo sacan a la luz y toman sus decisiones.
Y esto supone una indudable irresponsabilidad política por parte de ambos Ejecutivos, de la que tienen que dar cuenta y con detalle.
Como bien especifica de forma pormenorizada el scoop que firma Zabala de la Serna, las obras a realizar son numerosas y diversas.
Prácticamente todas por razones de seguridad. ¿Ahora se han dado cuenta?
Cuando las huestes de Carmena iban a formar su gobierno municipal, ya se hablaba de la existencia de un informe acerca de la seguridad de Las Ventas. Nunca se confirmó su existencia y menos su contenido.
Pero entonces se señalaba que podría ser una forma poco engorrosa de cerrar el camino a los toros en Madrid: siempre es más cómodo adjudicar esa decisión al ladrillo que a una cuestión de ideología, cuando además la corporación municipal carece de competencias para prohibir los toros.
No sabemos si ahora han rescatado de un armario aquel hipotético informe o, sencillamente, todo nace de la habitual confrontación entre instituciones.
En cualquiera de los casos, muy lamentable.
A parte de ocupar un burladero en el callejón, a la vista está que no hicieron nada por el mantenimiento de las instalaciones de Las Ventas.
Por ejemplo: en la televisión autonómica habrá al menos dos videos con declaraciones de Esperanza Aguirre prometiendo la instalación en la plaza de escaleras mecánicas, para mejorar los accesos y los desalojos; luego nada se supo de aquella promesa, a la que hasta ponía fecha.
Que a Manuela Carmena y a su equipo no le interesan para nada los toros, quedó claro desde el primer momento.

Pero, ¿dónde quedan ahora tantos comentarios super elogiosos de Cristina Cifuentes sobre sus esperanzas en el milagro Casas?
Luego se lamentan que a los políticos les nieguen los ciudadanos toda credibilidad. Pero, ¿cómo no va a ser así, cuando se ven cosas como las que ahora pasan en Las Ventas?.
No hay comentarios:
Publicar un comentario