Acudió a un ciclo organizado por el Ayuntamiento de Roquetas de Mar (Almería) sobre "El toro en las Artes" y salió triunfador como en la mejor de sus tardes.
En la entrevista que le hizo cara al público el cronista Juan José García, el trianero Emilio Muñoz habló sin rodeos, con una exposición sincera que resultó del mayor interés.
Habló de sus comienzos, de su trayectoria, del impacto emocional que le produjeron las muertes en el ruedo de "Paquirri" y "El Yiyo"…, hasta de su falta de entendimiento con las aficiones de Madrid y Bilbao, de lo que no echa la culpa a nadie, ni siquiera al viento o al toro; con toda sinceridad lo asume como algo propio. Da gusto oír hablar quienes han sido figuras y hablan con la sinceridad, diríase que el temple sublime que tuvo el trianero
En la entrevista que le hizo cara al público el cronista Juan José García, el trianero Emilio Muñoz habló sin rodeos, con una exposición sincera que resultó del mayor interés.



Palabra de Emilio Muñoz en el ciclo taurino “El toro en las artes”, organizado por el Ayuntamiento de Roquetas de Mar.
Recordaba el torero sevillano el vínculo que siempre tuvo con Paco Camino. “Mi padre quiso ser torero. Era un gran aficionado y entonces era muy amigo de Paco Camino. Mi padre tenía una moto, una Guzzi, y se llevaba a Camino a los tentaderos”.
“La primera vez que yo fui a Madrid a hacerme un vestido de torear tuve la gran suerte de coincidir con Camino en la sastrería de Santiago Pelayo. Me acuerdo que Paco Camino se estaba probando uno y cuando salió le dijo al sastre: "Lo que se haga el chiquillo del Nazarero me lo cargas a mí". Me invitó a mi primer vestido de torear, un capote y una muleta”, contó Muñoz.

“A mí no hubo nadie que me enseñara a torear, ni siquiera mi padre, lo que sí hizo mi padre fue llevarme a todas las corridas que podía. Siempre me decía que observara a los toreros y me fijara en lo que hacían”, subrayó el matador, de 55 años. “Yo siempre me fijé cuando era muy joven en Paco Camino, mientras que mi padre era partidario de Antonio Ordóñez”, señalaba.
Confirmación en Madrid


Sin embargo, Muñoz siempre tuvo un gran éxito en Pamplona, donde arrasaba. “He tenido suerte en todas las plazas de España, menos en Madrid y Bilbao. En el resto he tenido suerte. Luego las dos plazas que me han dado protagonismo en mi carrera como torero han sido Sevilla y Pamplona”. En referencia a la plaza de la Maestranza, Muñoz subrayó que “no fue fácil salir a hombros y eso me llevó 15 años, no fue de un día para otro”.
“Cuando eres un chico joven en el mundo del toro y te enteras de que a Paquirri, que era una persona con un gran poderío, lo ha matado un toro, el mundo se te empieza a tambalear. Al año siguiente cae Yiyo, con el que curiosamente yo toreé el día antes en Calahorra, un pueblo de La Rioja. Cuando acabó la corrida estuvimos hablando y al día siguiente lo mató un toro”.
Con los cinco sentidos

Y continuó: “Delante de un toro no se disfruta. Cuando hoy escucho a muchos toreros que van a disfrutar yo me pongo de los nervios. Yo me moría de miedo, yo disfrutaba cuando aquello había pasado. Yo no he disfrutado en mi vida delante de un toro, jamás”.

Emilio Muñoz también recordó a la figura de Paco Ojeda, que revolucionó el mundo de los toros. “Cuando Paco Ojeda irrumpe en el mundo del toro, hubo periodistas que lo llamaron "saco de patatas". Paco irrumpe como novillero y forma un lío tremendo. Toma la alternativa y ahí se oscurece y resulta que llega a Pamplona en una corrida conmigo y deja de torear ese año. Luego vuelve y forma un lío tremendo. Yo he visto toreros mejores, pero Paco Ojeda es el torero que más me ha impresionado”.
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