No hay tanta diferencia como puede pensarse |
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Pero
para eso era fundamental sumar corridas; con los medios de transporte
que había al comienzo del siglo XX, matar más de 90 corridas tenía un
mérito enorme. Y, sobre todo, liquidarlas cada una a las 12 del mediodía
de cada festejo; entones no había pagarés a uno o dos años, cuando no
son de dudoso cobro.
Dos casos de hace un siglo
Primer
ejemplo:
Manuel Jiménez “Chicuelo” presentó en Madrid el 8 de agosto de
1919, con novillos de Antonio Flores, todavía con el hierro del duque
de Braganza. Completaron el cartel García Reyes y José Martín. A la
semana siguiente toreó otra novillada en Madrid. En los dos festejos se
acabó el papel. La empresa lo contrató para el debut y para otro
paseíllo a los siete días, con unos honorarios de 3.000 pesetas por cada
actuación en el foro.
Según escribió Enrique Minguet, “Pensamientos”, en “Desde la grada”, “Chicuelo,
por lo que pudimos apreciar en esta su primera corrida, es de los
lidiadores caros y de los que están en vísperas de ser uno de los ases
de la baraja taurina”. Otros, en cambio, hasta que por los chiqueros no salió “Corchaíto”, no se cayeron del guindo con este torero.
Pero
si extrapolamos aquellas cantidades de 1919, las 6.000 pesetas de
entonces equivaldrían hoy a algo más de dos millones de pesetas, que
reconvertidas a euros suponen en torno a 13.000 euros actuales.
De acuerdo con lo que publicó el semanario “El Toreo”, en su
número del 28 de julio de 1919, José́ Gómez “Gallito” había sido
contratado por la empresa de la plaza de toros de Lima para ocho
corridas y un beneficio; se acordó que cobrara por cada corrida la
cantidad de 35.000 pesetas, en total 280.000 pesetas por las ocho
corridas. Por cierto, con ocasión de este acontecimiento en la capital peruana, se editó un libro interesantísimo titulado “Joselito en Lima”
que venía a ser una recopilación de los artículos y grabados publicados
en Lima por los diarios y revistas, que resulta de lo más elogioso para
el torero de Galves.
Pues
bien, por entonces en España, “Gallito” y Belmonte solían cobrar 8.000
pesetas por festejo y ya se consideraba que era mucho. Hasta la
reaparición de Juan Belmonte, con la exclusiva que en 1925 le firmó
Pagés, un torero no cobró por primera vez 25.000 pesetas por tarde.
Lejos estaba aún el día en que “Camará” consiguió que a “Manolete” le
pagaran 100.000 pesetas por tarde. Pero impensable resulta que llegaría
un día en que la Empresa de Madrid le firmo una exclusiva a Antonio
Ordoñez: 40 corridas a un millones de pesetas cada una.
Algunos datos comparativos
Un
dato, en aquel 1919 “Chicuelo” se anunció en un total de 57 novilladas,
antes de su alternativa en Sevilla. Sobre esa base, si a Chicuelo le
hubieran pagada cada tarde esas pesetas, toreó 57 tardes a 6.000
pesetas, la liquidación expresada en euros de hoy habría supuesto
740.000 euros.
Y
si aquellas pesetas de hace un siglo las extrapolamos a este 2019,
Gallito habría cobrado en Lima aproximadamente 100 millones de pesetas,
que traducidos a la moneda actual supondrían poco más de 600.000 euros; o
lo que es lo mismo, 75.000 euros por tarde, una cifra que en la
actualidad puede cobrar algunas figuras.
Por
eso puede afirmarse que los toreros en 1919 cobraban más o menos que
los toreros de hoy, salvo casos excepcionales. Si entonces podían hacer
una fortuna era, especialmente, por lo mucho que toreaban, como Joselito
hizo con los 91 festejo en los que se anunció hace un siglo. Y,
proporcionalmente, los costes de un espectáculo estaban muy por debajo
de lo que hoy ocurre y las entradas eran también más baratas.
Para
contextualizar estas cifras, unos cuantos ejemplos. Y así, como marco
general, en los Presupuestos Generales del Estado de 1919 se contemplaba
una partida total de gastos de 3.000 millones de pesetas.
En el mundo del toro, fue la época en la que el Conde de la Corte pagó “un altísimo precio”
--según Joaquín López del Ramo--. para comprar la ganadería de la
marquesa de Tamarón; pues bien, la cuestión que creó mayores
dificultades en esta negociación radicaba en que entre lo que pedía la
ganadera y lo que ofrecía el comprador, por cada vaca había una
diferencia de 25 céntimo, era lo suficiente para que las conversaciones
estuvieran a punto de descarrilar.

Nota metodológica: Para
la actualización de pesetas de 1919 a euros de 2019, primero se
actualizan las cantidades de 1919 a 2012 utilizando el Índice de Precios
al Consumo estimado por el profesor Jordi Maluquer de Motes ("La
inflación en España: un índice de precios de consumo, 1830-2012", 2013,
Estudios de Historia Económica No. 64, Banco de España), y desde 2012 a
2019 utilizando el IPC publicado por el Instituto Nacional de
Estadística.
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