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sábado, 9 de junio de 2012

Alberto Aguilar, un torero de muchos kilates

Alberto Aguilar, muy importante con los victorinos

  • Había mucho que torear en una tarde donde el toro variado exigió de lo lindo

08/06/12
Toros: de VICTORINO MARTÍN, desiguales de presentación, de juego variado, destacando el 1º y el 3º.
Toreros
ANTONIO FERRERA: de blanco y oro. Dos pinchazos y estocada desprendida. Un aviso (división de opiniones). Cinco pinchazos y bajonazo.Un aviso (silencio) .
DIEGO URDIALES: de pizarra y oro. Pinchazo, bajonazo y estocada. Un aviso (silencio). Pinchazo y estocada. Un aviso (silencio) .
ALBERTO AGUILAR: de aguamarina y oro. Estocada (una oreja). Media estocada y dos descabellos (vuelta) .
Que cerca ha estado Alberto Aguilar de abrir la puerta grande. Y se la habría merecido, sin duda. En la tarde de los victorinos este muchacho, casi desconocido para la mayoría, ha dado toda una lección de aplomo, de valor firme, de colocación y de una tauromaquia basada en el toreo sin trampa, sin ventajismos. Su faena al tercero, un toro muy importante de Victorino, ha sido modélica. El animal tenía casta y se empleaba, pero tenía, dentro de su importancia, mucho que torear.
Y Aguilar fue amoldándose a la encastada embestida del toro hasta lograr varias series de muletazos muy hondos, fajándose con la codicia del toro. Una tanda sobre la mano izquierda resultó monumental, mientras el toro no perdía ni un instante su fijeza. Después de una estocada hasta la bola paseó una oreja, una de las más justas e importantes que se han cortado este año en Madrid.
El sexto, un toro feo y fuera del tipo de la casa, sacó a relucir mucho temperamento y mucho picante. Poco a poco Aguilar fue ganando la pelea hasta meter al victorino en la panza de la muleta, para coronar con una serie de naturales al final de la faena de enorme enjundia. Toreo del bueno ante un toro que exigía una barbaridad. Perdió la oreja y la salida en hombros por fallar en el primer intento de descabello, pero este muchacho dejó ayer en Madrid una buenísima impresión, que no nos extraña a quienes le vimos hacer un toreo de muchos kilates el año pasado en Valencia.
La corrida de Victorino tuvo la variedad del toro, no la monotonía del borrego y se lo agradezco al ganadero.
Y agradecido puede estar Ferrera que exprimió la buena clase del primero, por debajo del toro y lo pasó mal con el sentido perverso del cuarto.





 Como perverso fue el lote de Urdiales al que ayer no le salió nada, aparte de su indiscutible entrega.

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