¿Por qué amexicada? Porque si en la Plaza México se lidian novillones
cornicortos en temporada grande y en Las Ventas salen catedrales con cuernos,
pero en ambos cosos prevalece la mansedumbre y la falta de transmisión, es
decir, lo que debe sostener la emoción tauromáquica, entonces la falta de
brújula taurina es pareja.
Ni la prohibición en Cataluña ni los amagos de
asambleístas animaleros en el Distrito Federal han bastado para que los alegres
taurinos se pongan las pilas, sino que satisfechos con sus mediocres resultados
nomás no entienden que sin bravura no hay tauromaquia.
Por Leonardo Paez. (Diario La Jornada)
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