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domingo, 4 de mayo de 2014

FERIA DE SEVILLA

Juanpedros insoportables y una
oreja con fuerza para Javier Jiménez

Sevilla, sábado 3 de mayo de 2014. Toros de Juan Pedro Domecq (1º, 4º y 5º) y Parladé (2º, 3º y 6º bis), de correcta presentación y de pobre juego en líneas generales salvo el noble primero y el sexto bis. 

Enrique Ponce: Silencio en ambos; El Cid: Silencio y silencio; Javier Jiménez, que toma la alternativa: Ovación con saludos.

 Entrada: Tres cuartos. Javier Jiménez tomó la alternativa con Duque, número 101, tostao chorreao, de 521 kilos, nacido en 01/10, de Juan Pedro Domecq. Enrique Ponce fue obligado a saludar antes de la salida del primer toro, ovación que compartió con sus compañeros de cartel. Alcalareño se desmonteró tras banderillear al quinto. 


El sevillano Javier Jiménez corta una oreja en su alternativa y firma los muletazos de mayor entidad de un festejo condicionado por el pobre juego de la corrida de Juan Pedro

Una entrada más que digna en la Maestranza. El sábado y un cartel con alicientes llevaron a la gente a la plaza. Aunque muy lejos de los llenos que en un día como el de ayer se registraban en otras ferias. 
Al finalizar el paseillo Enrique Ponce fue obligado a saludar, lo que era todo un homenaje a su compromiso con Sevilla, sin unirse al veto que cinco compañeros suyos han impuesto a esta empresa y también, desde luego, un reconocimiento a su profesionalidad pues ha venido a torear muy mermado por las secuelas de su grave cogida en Valencia el 19 de marzo.
Pero Ponce no pudo corresponder luego con una actuación brillante porque su lote, como casi toda la corrida de Juan Pedro, resultó mansa y tullida. Su primer toro, rajadísimo, y el otro blandito, sin rematar y al que ejecutó muchos, muchos muletazos de trámite. Y así, por ese sendero transcurría la tarde hasta que salió el sexto bis ,casi en tiempo de descuento, un sobrero de Parladé basto y feo pero que metió la cara. Javier Jiménez, que esta tarde tomaba la alternativa, se echó para delante y cuajó muletazos muy importantes, especialmente una tanda de naturales espléndidos. El chico es una copia de su tutor, Espartaco y su toreo, aunque algo lineal, llega a la gente. Cortó una oreja con fuerza
El Cid estuvo brujuleando alrededor dos toros romos de fuerza y casta. La gente se metió con el torero, empeñado en alargar las faenas, sin justificación, ante dos muertos.

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