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lunes, 23 de junio de 2014

+Crónicas de la prensa sobre David de Miranda




Diario de Sevilla

Por Luis NietoEl valor del debutante David de Miranda
Con valor, vergüenza torera y tras superar, sin inmutarse, dos cogidas espeluznantes, además de buenas maneras, acaparó la atención en Sevilla el debutante David de Miranda, un espigado novillero de Trigueros que apuntó muy buenas condiciones y que agradó al público, al que asustó en varias ocasiones. Todo ello sucedió en la vigésima de abono de la temporada sevillana, en la que se lidió una novillada de Conde de la Maza, bien presentada y armada, encastada, con dificultades y falta de clase. El onubense alternó con el portugués Dias Gomes, quien no estuvo fino ante un mal lote, y el pacense Tomás Angulo, voluntarioso, pero sin acierto.
David de Miranda puso el corazón en un puño al personal en el novillo de su presentación, un ejemplar corretón de salida, codicioso, con brío y sin clase, embistiendo mejor por el pitón izquierdo. El triguereño lanceó con buen aire a la verónica. En un quite, sin titubeo alguno, se fue a los medios, citó con el capote a la espalda, el novillo no obedeció y lo lanzó por los aires de manera espeluznante. Afortunadamente no le corneó. El torero, sin mirarse, de nuevo citando con la capa detrás, consiguió varios lances acompañados de una gran ovación por su vergüenza torera. De Miranda brindó la faena a su paisano, el ganadero Fernando Cuadri. De nuevo, quedó el público impactado con muletazos por la espalda desde muy largo, que alternó con derechazos. La faena, medida, mantuvo una nota interesante, con muletazos largos y unos naturales a pies juntos. Cuando el diestro tomaba la espada de verdad, su banderillero Rafael Guerrero fue cogido por el novillo, sufriendo una cornada en el muslo izquierdo. David de Miranda, en el epílogo de su faena, en unas bernadinas, se equivocó al dar la salida al novillo, que le cogió nuevamente sin consecuencias. El público estaba entregado, pero falló con la espada y el balance quedó en una fuerte ovación.
Con el manso sexto, De Miranda volvió a agradar por su entrega. Con el capote se la jugó en ceñidísimas gaoneras. En la faena de muleta, que comenzó con el toro en tablas, volvió a apostar en los medios, con el toro saliendo suelto y con la cara alta de las suertes. Cerró con unas manoletinas muy ceñidas y de nuevo le faltó contundencia en la suerte suprema. Dio una vuelta al ruedo tras petición de oreja.
Dias Gomes se las vio en primer lugar con un animal, flojo, y que acometía a arreones. Concretó un trasteo, por ambos pitones, con imposibilidad al lucimiento artístico, sufriendo una colada escalofriante por el pitón izquierdo. Con el cuarto, de mejor condición, aunque protestón, el novillero luso tampoco obtuvo frutos.
Tomás Angulo, tras ser devuelto su primero por problemas de visión, se enfrentó a un sobrero del hierro titular, muy exigente, con codicia. En su labor, porfiona, hubo demasiados enganchones, lo que acrecentó el genio del novillo. Estuvo a punto de ser cogido por el pitón izquierdo.
Angulo no logró mandar en el encastado quinto, en el que de nuevo el omnipresente David de Miranda fue ovacionado por un quite por tafalleras ajustadísimas. Aunque el comienzo de faena de Angulo, con muletazos largos, prometió, el trasteo no alcanzó brillantez.
Sin duda, el valor del onubense David de Miranda, que además posee buenas formas, fue lo mejor en un festejo a medio gas que contó con una novillada exigente de Conde de la Maza, para toreros muy placeados.

La Razón

Por Paco MorenoVuelta al ruedo para un valiente De Miranda; cornada a Rafael Guerrero
Novillada más larga que bonita en el coso del Baratillo. Hubo muchas cosas en la tarde de ayer, bien es cierto, pero ninguna de ellas llegó a romper como en tardes anteriores. Agradó especialmente el valor seco de David de Miranda y el temple que supo imprimir toreando al natural. Por ejemplo, en el sexto utrero del Conde la Maza, al que pudo cortar la oreja que buena parte del público solicitó. Un pinchazo previo a la estocada, posiblemente, hizo que se esfumara. No obstante, este onubense apuntó muy buenas maneras. Se queda muy quieto y no rehúye la voltereta. Cuando llega, además, vuelve al mismo lugar. Supo aprovechar la bondad de ambos novillos para sacar lo más lucido de la tarde.
El onubense David de Miranda causó muy buena impresión en su debut con picadores en La Maestranza. Manejó con soltura el capote y arriesgó sin inmutarse en un quite citando de frente con el capote plegado por detrás sin enseñarlo a la res. Tardó en mostrárselo al novillo y cobró una tremenda voltereta que no le impidió repetir la suerte. A la segunda, ya, con más fortuna. Fue el preludio de una buena faena en los medios basada, principalmente, en tandas al natural. Tiró con temple y gusto de este noble animal, que le propinó también otra voltereta en el cierre de la misma. Mostró que tiene valor, aunque esté poco toreado. El que se llevó la cornada fue su banderillero Rafael Guerrero al intentar cerrar al novillo antes de entrar a matar.
Manuel Días Gomes se mostró firme y convencido con el novillo que rompió plaza, que apenas colaboró con los intentos del portugués. Justo de fuerza y acometividad se quedó corto y le buscó en los remates. Planteó faena Días Gomes sin aburrirse a sabiendas de que no había lucimiento por más que rascase. Mejor, con la mano derecha.
El cuarto astado tampoco le ofreció muchas opciones. No porque tuviese excesiva maldad sino todo lo contrario. Resultó sosito de embestida y le costó tanto humillar como emplearse. Lo intentó de nuevo el joven con tandas por ambos pitones, pero sólo pudo exhibir que posee buen corte. Faltó la emoción del toro.
Tomás Angulo sorteó un sobrero del hierro titular por un posible problema en la visión del anunciado. Se empleó con fiereza este segundo bis y planteó complicaciones. Embestidas, encastadas, vibrantes y con aspereza por parte del utrero de sangre Núñez, que supo plantear con ligereza el extremeño. Le tropezó más de la cuenta la muleta por este motivo y cuando consiguió atemperarlo surgieron muletazos más limpios y lucidos. Lástima que siempre fuera un trasteo discontinuo. Certero con la espada, saludó desde el tercio.
Cumplió con más oficio que lucimiento en el capote saludando al quinto. Gustó en un galleo para llevarlo al tercio de varas. Faena meritoria con un utrero del Conde de la Maza de embestidas impetuosas y casi desbordante en el tramo final de faena hasta que se fue apagando. Puso oficio de nuevo y ganas de agradar.


El Correo de Andalucía

Por Álvaro Rodríguez del MoralHay uno en Huelva…
Se conocía el ambientito que tiene formado en esa tierra, tan taurina, que se baña en el Tinto y el Odiel. Y David de Miranda se trajo esos incondicionales de Huelva que no dudan en coger el coche cuando huelen a torero. Se notó en la plaza, salpicada de las caras amables que encontramos cada año en los corrillos de las Colombinas. Y esa expectación nos puso sobre aviso. El novillero choquero ya había dado un pequeño toque de atención ciñéndose a tope en el quite del segundo novillo, que había sido despachado por Angulo. Pero Miranda acabó interesado a propios y extraños desmayándose a la verónica, con acento personal, para recibir al tercero de la tarde, un utrero abantón que le propinó un castañazo brutal cuando quiso quitar por unas angustiosas saltilleras desde los medios. El novillero de Trigueros dejó llegar al novillo hasta los remates de los alamares y la voltereta fue automática. Pero el chaval no se arredró, repitiendo el empeño en los mismos terrenos y en la misma suerte. A partir de ahí toda la novillada –interminable, larguísima y tediosa– sólo se redimió en las bambas de su capote y su muleta.
David le pegó a ese novillo dos limpios pendulazos en los medios y no encontró demasiado acople por el lado derecho pero cuando cambió de mano surgió un ramillete de naturales de infrecuente cadencia, temple líquido y pentagrama personal que levantaron las cejas de los mejores aficionados. Es verdad que la faena, dicha al natural en su fase central, no mantuvo el mismo ritmo en todo su metraje pero los registros revelados animan a seguir pendientes de este chico que se une al carro de sorpresas que ha deparado la posferia. El trasteo culminó a pies juntos antes de cambiar la espada. Rafael Guerrero, el veterano banderillero sevillano, fue alcanzado por el animal cuando trataba de cerrarlo en las rayas. Después se supo que la cornada –afortundamente– no revestía la gravedad que aparentaba. Pero el novillo del Conde de la Maza aún agarraría de nuevo a su matador cuando trataba de enjaretarle unas bernardinas que estaban de más. Dos medias tendidas escamotearon la posibilidad de trofeo pero no enfriaron el interés de volver a verlo en el sexto.
Cuando salió el último, el festejo se alargaba hasta más allá de lo razonable pero Miranda volvió a sacudir el aburrimiento de la parroquia volviéndosela a jugar por saltilleras. El utrero llegó a la muleta sin terminar de definirse, rajadito y sin entregarse por completo en el engaño pero el joven valor choquero reeditó algunos retazos de esa calidad personal con la mano izquierda en una faena algo intermitente que tuvo que luchar con las ganas de huir de su enemigo. Un pinchazo y una estocada animaron al personal a pedir la oreja, seguramente como premio al conjunto de la tarde pero la vuelta al ruedo fue justo premio. Con o sin trofeo, habrá que seguir muy pendientes de su evolución.
Completaban el cartel el portugués Dias Gomes, que tuvo que enfrentarse en primer lugar con un miembro del sindicato del crimen que le puso demasiadas dificultades. Con el soso y deslucido cuarto se acabó poniendo pesado en una faena larga e intrascendente. Es el mismo pecado que cometió Angulo –que ya tiene un trienio en Sevilla– con un quinto tan vacío como la faena del novillero pacense, falto de autoridad y verdadera entrega con el durísimo sobrero que saltó en segundo lugar. Está más que visto.

El Mundo

Por Carlos CrivellDavid de Miranda, un diamante por pulir
David de Miranda, de la tierra onubense de Trigueros, fue el nombre destacado de la tarde. Tiene valor seco para hacer varios toreros. Tiene personalidad. Como es normal en un torero tan nuevo debe corregir muchas cosas. Es decir, se intuye que estamos ante un torero con futuro prometedor.
David se hizo presente en todo momento en los quites. Las gaoneras y las tafalleras son su especialidad, pero se pasa las reses muy cerca. A la verónica, sus muñecas tienen soltura, las maneja con gracia, aunque ese lance, que es el fundamental, debe todavía perfeccionarlo.
En un quite al tercero, la plaza sufrió un fuerte impacto emocional. Colocado en el centro, citó al novillo con el capote plegado en la espalda. El animal fue como un rayo, el de Miranda no sacó los brazos a tiempo y toda fuerza bruta del astado chocó con la anatomía liviana del triguereño. A pesar del durísimo encontronazo, salió indemne. El ángel de la guarda de este torero es aficionado a los toros.
Su faena fue de firmeza y quietud. A esas alturas la plaza estaba embelesada porque en el ruedo había un chaval que se la estaba jugando. La faena fue de mano izquierda, la buena del animal, con algunos muletazos corriendo bien la mano y otros de menos limpieza. Se equivocó al volver a la diestra en la mitad de su faena. Por ese pitón era imposible. Cuando trataba de cerrar al novillo fue cogido el banderillero Rafael Guerrero, que se llevó una cornada en el muslo izquierdo. David de Miranda quiso cerrar con bernadinas y de nuevo fue atropellado al no tocar a tiempo al animal. Otra vez salió sin daño. Con la espada estuvo poco acertado.
Así las cosas, nadie se fue antes de la salida del sexto. De nuevo provocó taquicardia con unas gaoneras. La faena fue intermitente. El del Conde de la Maza humilló poco. Con su verticalidad y quietud logró algunas tandas meritorias, tal vez poco limpias en algún momento, pero el animal no daba para mucho más. Las manoletinas de rigor, porque David es un torero moderno, precedieron a un manejo desigual de la espada. Dio una vuelta como premio global a una tarde en la que dejó su tarjeta de presentación. Sus seguidores pidieron de forma absurda un trofeo que el palco, con acierto, no concedió. Tiene los mimbres. Ahora hay que pulir los defectos para que se remate un buen cesto.
A la novillada del Conde no le sobró la casta. El que tuvo más movilidad fue el segundo, pero lo cambió por un punto de genio incómodo. Como defecto más acusado, casi todos llevaron la cara alta.
El portugués Dias Gomes tuvo pocas opciones. El primero, gazapón y justo de raza, apenas le permitió mostrar su oficio. El cuarto embistió con una sosería que imposibilitó que el chaval lograra mostrar unas cualidades que debe atesorar, pero que en este debut sevillano le ha sido imposible mostrar.
El más conocido de la terna, el extremeño Tomás Angulo, bailó con el de mayor movilidad, el sobrero lidiado como segundo, que no era nada fácil. El buen oficio de Angulo le permitió salir airoso del combate, aunque no pudo haber lucimiento. El quinto, bien lidiado por El Suso, humilló poco. Los doblones del comienzo fueron buenos, pero el animal solo le permitió mostrar buena voluntad. Muy rebrincado, acabó parado y sin alegría. Angulo cumplió decorosamente.

Toromedia

David de Miranda da la única vuelta al ruedo de la tarde
La plaza registró casi media entrada. El banderillero Rafael Guerrero fue cogido por el tercero de la tarde, sufirendo una cornada de 15 centímetros en la cara anterior del muslo izquierdo que afecta a planos superficiales. Pronóstico 'menos grave'.
Tomás Angulo tuvo que recibir a un novillo reparado de la vista que fue devuelto a los corrales. El sobrero echó las manos por delante de salida, pero llegó a la muleta con movilidad y transmisión. Lo mejor por parte del extremeño fue la gran estocada final. El quinto, al que amarró en un efectivo recibo de capa y lo brindó al público, también tuvo movilidad pero este era sin entrega, con lo que el animal se aburrió pronto y enseguida sacó la cara de la muleta.
La presentación de David de Miranda en la Maestranza fue impactante desde el quite por gaoneras que le hizo al segundo hasta las manoletinas con que cerró su faena al sexto. Entre ambos instantes, el novillero de Trigueros se templó a la verónica con mucha personalidad ante el primero de su lote. En el quite por saltilleras se llevó un volteretón y, sin mirarse, se puso a concluir el quite iniciado. Después, con la muleta, le brindó la faena a su paisano el ganadero Fernando Cuadri para comenzar con dos pases cambiados por la espalda de enorme quietud. El novillo protestó mucho por el pitón derecho, pero de Miranda le cogió el aire por el pitón izquierdo en una labor de nota. Cerrando al novillo para la estocada llego el percance de Guerrero y después, otra voltereta para el triguereño en la bernardinas finales, por fortuna sin consecuencias. De acertar con la espada hubiera cortado oreja y apunto estuvo de hacerlo con el que cerró plaza.
Antes, en el quinto, dejó un buen quite por tafalleras y en el sexto, otro por gaoneras y revolera de enorme quietud. El novillo apretó por el pitón derecho, pero mejoró por el otro y de Miranda en una serie que hizo sonar la música. La pena es que en las siguientes el a

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