El triunfo conseguido por Emilio Silvera y las buenas maneras mostradas por Carlos Llandres fueron lo mejor de la segunda novillada de promoción. Silvera cortó la única oreja de la noche.
Se lidiaron novillos de Villamarta, bien presentados y de juego desigual, destacando primero, cuarto y sexto.
Emilio Silvera, vuelta al ruedo y oreja.
Carlos Llandres, silencio y vuelta tras petición.
Fran Ferrer, silencio y silencio.
Casi tres cuartos de entrada en noche calurosa.
Emilio Silvera fue a más en el recibo de capa a su primero, dando buenos lances y cerrando con buena media. Brindó a su padre, el matador de toros onubense del mismo nombre. Comenzó la faena con muletazos de buen trazo. También tuvieron compostura la primera serie y la segunda. Por el lado izquierdo el novillo tuvo más complicación pero a base de aguantarle sacó muletazos de mérito, aunque prolongó en exceso la faena. Cerró con bonitos ayudados por alto y mató de estocada. Vuelta al ruedo.
Silvera se dobló bien con el segundo de su lote en el inicio de faena. De nuevo demostró buenas maneras en las series diestras, haciendo sonar la música. Al natural el novillo fue menos claro y la faena bajó, volviendo a retomar el hilo con la derecha antes de terminar con algunos alardes de rodillas. El final con manoletinas caldeó el ambiente y mató de estocada que hizo guardia y otra efectiva, logrando cortar una oreja.
Carlos Llandres se encontró con un novillo descompuesto y sin clase con el que resultaba difícil acoplarse por sus constantes cambios de ritmo. Estuvo por encima de él, pero no pudo lucirse demasiado.
En el quinto se lució con el capote tanto en el recibo a la verónica como en el quite por chicuelinas. Brindó al público y comenzó toreando con gusto con la derecha mostrando sus buenas maneras en dos series. El novillo tendía a soltar la cara y no lo puso fácil, pero aún así el novillero sevillano le sacó buenos muletazos al natural. Mató de buena estocada y pidieron la oreja, premio que el presidente no concedió.
Fran Ferrer estuvo animoso con el capote en el recibo al tercero. El novillo llegó a la muleta descompuesto y quedándose corto, por lo que la labor del murciano fue más meritoria que lucida, intentandolo todo para sacarle partido a su oponente. Silencio.
El sexto lo brindó al público y planteó la faena en los medios, ligando dos series buenas con la derecha que hicieron sonar la música. También consiguió al natural momentos buenos mostrándose solvente ante un novillo que fue un buen colaborador. Sufrió una voltereta sin consecuencias avanzada la faena y reaccionó con raza, logrando los mejores momentos de la faena. Falló con la espada.
http://www.plazadetorosdelamaestranza.com/
No hay comentarios:
Publicar un comentario