SANFERMINES
Paco Ureña se llevó el lote en una tarde de alimañas.
Los toros de Escolar ya dieron la nota en el encierro cuando uno de ellos, Curioso, volvió a los corrales de la Rochapea, un caso no visto en un siglo.
En la calle el resto de la manada dejó un reguero de heridos y luego por la tarde, en la plaza, sembraron el pánico. Pero miren por donde dos de ellos, el lote de Ureña, ¡eso se llama tener potra!, metieron la cara y se dejaron hacer el toreo. Y Ureña, con una gran actitud, consiguió un triunfo de puerta grande.
En el tercero, que tenía mucho que torear, se plantó ganando siempre terreno, sin achicarse ante el peligro sordo del toro y lo metió en la muleta, hasta lograr una buenísima tanda sobre la derecha al final de la faena.
El sexto fue un "santo" entre demonios porque tuvo nobleza y Ureña lo toreó a placer con mucha entidad y siempre por derecho.
Exquisitos los naturales y muy ligados los redondos. Una estocadca corta tumbó al de Escolar y cayó otra oreja. Ureña había triunfado entre el pánico.

Entrada: Lleno.
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