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martes, 17 de junio de 2014

Recordando a Carbonell

Hoy se cumplen sesenta años de la cogida mortal de Rafael Carbonell

                                                                                  Por Vicente Parra Roldán


La afición taurina onubense no puede olvidarse de la fatídica fecha del 17 de junio de 1.954, día en la que perdió la vida en la enfermería de la plaza de toros onubense el diestro local Rafael Carbonell.

En aquella jornada se lidió un encierro de Dolores Moreno de Santamaría por parte de Joselito Romero (que estuvo muy lucido en sus dos novillos y dio la vuelta al ruedo), Rafael Carbonell (que resultó cogido al torear de muleta) y Alejandro Arnós“El Venezolano” (que se mostró torpe pero muy valiente en los tres novillos que lidió).

Antes de que finalizara el festejo fue dado a conocer el parte facultativo sobre la cornada sufrida por Rafael Carbonell y que decía que el diestro “sufría un herida por asta de toro en el vértice del triángulo de Scarpa derecho, con trayecto ascendente por debajo del paquete vascular, con sección de la vena safena,  y otro trayecto ascendente por dentro de la cresta iliaca, desgarrando peritoneo posterior, con fuerte hemorragia interna y schock traumático. Pronóstico gravísimo”.


Al diestro se le hicieron transfusiones de sangre, poniéndose 1.200 centímetros cúbicos. Desgraciadamente, todos los esfuerzos de la ciencia por salvar la vida del torero resultaron inútiles, falleciendo el torero en la propia enfermería de la plaza.

La noticia de la muerte de Rafael Carbonell circuló rápidamente por toda la ciudad, produciendo penosísima impresión ya que el joven novillero gozaba de la general simpatía, recordándose su reciente triunfo en la plaza onubense el día de la Ascensión en la que, alternando con Antonio Cobo y Vázquez, cortó tres orejas y un rabo, saliendo a hombros.

Rafael Carbonell había nacido en Huelva el 20 de abril de 1.930, debutando en una novillada con picadores en la plaza choquera el 11 de mayo de 1.952. Carbonell triunfó y salió a hombros con las dos orejas de su enemigo, ganando también una oreja de plata, que más tarde ofreció a la Virgen de la Cinta. Después de varios éxitos, renovó su triunfo en Huelva el 3 de agosto de 1.953, alternando con Chamaco y El Coriano, cortando tres orejas y un rabo.

Su presentación en Sevilla la hizo el 13 de septiembre de 1.953, con Zerpa y Andrés Luque Gago, dando la vuelta al ruedo. El 29 de marzo de 1.954 hizo su presentación en Madrid, acompañado de Francisco Ruiz y Raúl Iglesias, con novillos de Molero Hermanos, resultando cogido y pasando a la enfermería. Estos contratiempos no hicieron mella en el ánimo de Carbonell que, nuevamente, se presentó en Huelva el 27 de mayo, triunfando ruidosamente. El 6 de junio actuó en Nerva, mano a mano con Cobo, y salió a hombros de la plaza tras cortar dos orejas y rabo.

Carbonell procedía de una familia muy humilde y trabajaba como peón de albañil. Sus padres estaban enfermos y sus siete hermanos pequeños solo contaban con él para resolver la difícil situación económica que les agobiaba.

Después de la tragedia que le había costado la vida a Rafael Carbonell, el barrio de Viaplana, donde el novillero vivía en una humilde habitación, se condolió de la desgracia y de la mala suerte que había perseguido al torero que, salvo en dos o tres ocasiones, casi nunca llegó a cobrar honorarios por actuar.

El entierro

A las seis y media de la tarde de la jornada siguiente se verificó el sepelio del malogrado diestro onubense. Desde muchas horas antes de la anunciada para el acto muchas personas se había arremolinado en los alrededores del domicilio del torero, donde había sido velado su cadáver. Todas las ventanas y balcones de la Isla Chica, Viaplana, del barrio del Matadero y del de San Sebastián y las calles por donde recorrió el cortejo fúnebre aparecieron cubiertas con crespones negros en señal de dueño así como se produjo el cierre de todos los establecimientos públicos de esas zonas.

Más de veinte coronas, enviadas por peñas taurinas, compañeros del infortunado Rafael, Gobierno Civil, Ayuntamiento y otras instituciones fueron portadas por compañeros y amigos del torero. El féretro fue llevado a hombros por los extoreros Diego Gómez Laínez, Niño de la Isla, El Nene, Joselito Romero, directiva de la Peña Carbonell y numerosas personas. Sobre el ataúd aparecían la montera y el capote de paseo del diestro.

Formaron la presidencia del duelo los padres y hermanos de Rafael Carbonell, con representaciones de las peñas taurinas Litri, Chamaco y del propio Rafael así como el primer teniente de alcalde, en representación del Ayuntamiento, y otras autoridades.

En el cortejo también formaron parte estandartes de las distintas Hermandades religiosas  a las que el torero perteneció, encabezando el cortejo la Banda Municipal de Música que interpretó diversas composiciones fúnebres.

Una compacta muchedumbre acompañó al cadáver desde la casa mortuoria hasta el Cementerio, pudiéndose calcular en más de 20.000 personas las que figuraron en el cortejo. Desde la Isla Chica hasta El Punto, la aglomeración fue enorme y se pudieron ver a muchas mujeres conmovidas por el trágico fin del joven torero onubense Rafael Carbonell.


Y muy pronto empezaron a llegar las ayudas económicas para la familia. La primera en hacerlo fue la del diestro gaditano Rafael Ortega quien, nada más producirse la tragedia, puso a disposición del Montepío de Toreros, para su entrega la familia de Carbonell, los honorarios devengados por su intervención en la corrida del Corpus de Cádiz.       

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