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Ritter, con valor firme pero frío y El Capea, como en una capea
En una tarde de remiendos y sustituciones, la clásica corrida dominguera de las muchas de este tipo que se echan al olvido, hemos visto, sin embargo, una de las faenas más sinceras y puras de la feria y uno de los toros más encastados. Ha sido ese quinto ejemplar de Montealto el que permitió que Alberto Aguilar firmara una faena en la que embarcó la encastada embestida de Rencoroso y en un palmo de terreno desarrollara toda una lección de temple y mando.
No era fácil porque el toro se había dado una costalada y parecía lesionado, pero se vino arriba con fiereza, exigiendo una muleta que mandara en aquel torbellino. Exquisitos los derechazos, firmes los naturales y toreros los pases por bajo. Entró a matar a ley y cortó una oreja de mucho peso.
El Capea, pegó pases y pases a distancia, inclusive en el inválido cuarto. Este torero tiene un chiringuito montado cada año en Madrid, sin justificar tanta consideración
Sebastián Ritter , frío como el hielo en el apagado tercero y salió como pudo ante el pregonado sexto al que no se dejó vivo porque el palco le perdonó el tercer aviso,hasta que acertó con el descabello.Madrid, domingo 1 de junio de 2014. Toros de Montealto, de poco
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