
El toreo no es una profesión ni una diversión, sino una forma de defender la hombría.
Es la imagen del hombre en el ruedo. La verticalidad del hombre frente a la horizontalidad del toro. Es un deber ético permanecer totalmente vertical.
Por eso, ser torero significa valor, dominio de sí mismo, no mostrar sus emociones ni el miedo».
A este respecto, Victorino Martín García ha recordado su etapa como torero e indicó que «ser torero te hace aprender una disciplina, a cómo hacerte a ti mismo.
El torero es el verdadero héroe moderno y emula a los grandes héroes de la humanidad».
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