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martes, 2 de junio de 2015

Vestigios y escombros de un histórico

FERIA DE SAN ISIDRO

La terna se estrella con los de Partido de Resina

Me imagino a Jaime de Pablo Romero allá en Sevilla, sentado ante la televisión presenciando la corrida de ayer y pienso en el mal trago que ha pasado, el bochorno y el disgusto, presenciando el penoso espectáculo de los toros que ayer en Madrid se lidiaron con el hierro de la que fue histórica ganadería de su casa, la de Pablo Romero. 
Con el nombre de Partido de Resina lo de ayer era un vestigio, una ruina de los pablorromeros, que tanta leyenda dejaron en la historia del toreo y muy en especial en Madrid.
Ayer salió una escalera por su presentación. Algunos tan indecorosos como 1º, 2º y 6º, otros que se parecieron a sus antepasados y los más que podían pertenecer a otra cosa, pero nunca a Pablo Romero.
 Para colmo corrió la noticia de que para completar la corrida se trajeron dos toros que iban destinados a correr en las calles. Un borrón para una historia gloriosa.
Con el género mansurrón y descastado vimos a Eduardo Gallo desdibujado, sin sitio y lejos del torero que apuntó una notable recuperación hace dos temporadas. Es verdad que su lote no permitía otra cosa que intentarlo con más fe que certeza, pero su brujuleo en la cara del toro y hasta su aspecto con esa pelambrera tan poco torera, no dejaban dudas sobre el momento que traviesa uno de los toreros salmantinos que más ilusión despertaron en su momento.
El colombiano Ritter aprovechó al toro más manejable, de mas posibilidades, el segundo, al que corrió la mano en derechazos muy compuestitos, con buen concepto. Mal con la espada, emborronó lo anterior. Se empeñó en pegarle pases a un buey de carreta, el quinto y solo consiguió una reacción en contra por parte del público, harto del manso y harto de la inútil brega del torero. Valentón y tesonero el extremeño  Rafael Cerro en un quehacer de poca brillantez. 
Madrid, lunes 1 de junio de 2015. Toros de Partido de Resina, desiguales de presentación, deslucidos y descastados en líneas generales. Algo más manejables 2º y 6º. Eduardo Gallo, silencio tras aviso y silencio; Sebastián Ritter, silencio tras aviso y silencio; y Rafael Cerro, silencio en su lote. Entrada: Menos de tres cuartos de plaza.

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