Tiene bemoles el asunto.
Resulta que El Cordobés, Padilla y El Fandi han llevado más gente a la plaza que Ponce, Castella, Fandiño o El Cid, por citar los cuatro nombres más sonoros de esta feria de medio pelo. Habrá que reconocer el efecto mediático del parche de Padilla, las apariciones televisivas de Manuel Díaz y el tirón en banderillas de El Fandi.
No se explica de otra forma que este cartel se convierta en el más taquillero aquí en Sevilla. Y hay que decirlo: además echa por tierra la fantasía de que esta plaza es la del gusto por el toreo exquisito, por el refinamiento.
Pues no, los que llevan a la gente forman parte de la tauromaquia del trallazo, las galopadas en la cara del toro y la astracanada.
Y no se salieron de este guión ante una muy seria y variopinta corrida de Álvaro Domecq, a la que la dieron fuerte en varas, especialmente al lote del El Cordobés, el cuarto fue acribillado literalmente, y una corrida con más movilidad que fondo
Pero, en todo caso, una corrida de toros digna para Sevilla y que nos reconcilia, junto a las de Montalvo, El Pilar y Victoriano del Río, con el toro de lidia como lo entendemos, en contraste con las vergonzosas corridas de Daniel Ruiz, Juan Pedro Domecq y Garcigrande.
El Cordobés dejó asesinar a su segundo toro en varas y estuvo irreconocible por su apatía y desidia.
Sevilla, sábado 10 de mayo de 2014. Toros de Torrestrella. Manuel Díaz “El Cordobés”: Silencio en ambos; Juan José Padilla: Vuelta al ruedo tras leve petiicón y oreja; El Fandi, silencio y ovación con saludos. Entrada: Tres cuartos.
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