Y con valor más que sobrado. Desde luego, en esta tarde de su presentación en el foro no se dejó nada en el esportón. Se mereció la oreja que de forma muy mayoritaria se pidió a la muerte del 4º de la tarde, pero a la que objetó la Presidencia. A los más veteranos, Pablo Aguado y Rafa Serna, no se le pusieron fácil en esta su despedida de Madrid como novilleros.
Jesús Enrique Colombo salió a darlo todo. Y no se quedó con nada dentro. Ya con el que servía para su presentación en el foro, dejó claro que anda con el oficio bien aprendido.
El montecillo andaba siempre muy suelto frente a los engaños, pero el torero buscó el sitio donde los toros tienen que embestir. La falta de continuidad forzaba en muchas ocasiones al unipase, salvo que el torero se quedara fuera de cacho.
Lo mejor, una serie sobre la mano izquierda, con buen manejo de la muleta.
Las bernardinas finales eran de asustar. Se entregó por completo a la hora de matar, a costa de un fuerte porrazo a la hora de cruzar.
Lo demás ya corrió por cuenta del Sr. Presidente.
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