HACE MEDIO SIGLO QUE CONDECORARON A LITRI
VICENTE PARRA ROLDÁN
Con ocasión de la concesión de la Cruz de Beneficencia al
diestro onubense Miguel Báez Litri, un grupo de aficionados decidieron que la
mejor forma de hacer entrega de la condecoración era la celebración de un
festival, de carácter benéfico, con motivo de la festividad de San Sebastián,
patrono de la localidad.
Y el propio homenajeado se puso al frente de la organización
del acontecimiento que tuvo lugar en la tarde del 20 de enero de 1965, es
decir, hace medio siglo.
El añejo coso de la avenida Cristóbal Colón se llenó a
la hora en la que, bajo un brillante sol, las cuadrillas encabezadas por el
rejoneador Fermín Bohórquez y los matadores Julio Aparicio, Miguel Báez Litri y
Diego Puerta hicieron el paseíllo.
Tras el mismo, y en medio del entusiasmo general, se
procedió al acto de la imposición de la condecoración. Las palabras del
revistero local José Calero Calero llegaron a los tendidos a través de los
altavoces instalados al efecto, como las del alcalde de la ciudad, Manuel López
Rebollo, quien se congratuló de ser quien impusiera la medalla a Litri “como
torero y como amigo”. Una enorme ovación y una gran traca de cohetes sonaron en
honor del torero onubense cuando le fue impuesta la preciada condecoración
concedida por el Gobierno.
Por lo que respecta al festejo, los novillos de Salvador
Guardiola estuvieron muy bien presentados destacando los lidiados a partir del
tercero, por lo que fueron ovacionados en el arrastre.
En cuarto lugar actuó el jerezano Fermín Bohórquez que llevó
a cabo una excelente labor con tres rejones de castigo, dos pares de
banderillas a una mano y uno, extraordinario, a dos manos para concluir de dos
rejones de muerte y pasear, triunfalmente, las dos orejas de su oponente.
No tuvo fortuna Julio Aparicio con su lote. Su primero acusó
flojedad de remos y el madrileño lo cuidó con la muleta al torearlo con ambas
manos antes de dejar una estocada y un descabello, siendo premiado con una
oreja. Su segundo se vino a menos y buscar con peligro a su lidiador que, entre
la desilusión de los tendidos, cortó por lo sano para terminar de una estocada,
paseando el anillo.
Diego Puerta cuajó una gran actuación. Recibió a su primero
con cinco verónicas para lucirse en un quite a pies juntos. Toreó bien con la
derecha para dejar media estocada y cortar una oreja.
En el que cerró plaza, el sevillano puso alegría y arte en su actuación en la que destacaron series de derechazos y manoletinas. Un pinchazo del que salió rebotado y media estocada dieron paso a la conquista de los máximos trofeos con los que dio una triunfal vuelta al ruedo.
En el que cerró plaza, el sevillano puso alegría y arte en su actuación en la que destacaron series de derechazos y manoletinas. Un pinchazo del que salió rebotado y media estocada dieron paso a la conquista de los máximos trofeos con los que dio una triunfal vuelta al ruedo.
Por lo que respecta a Litri, se lució al recibir a su
primero al que toreó por alto antes de ponerse de hinojos para torear con ambas
manos, sufriendo un fuerte achuchón por lo que tuvo que despojarse de la
chaquetilla. Dejó una estocada entera y paseó las orejas y el rabo. Con su
segundo, el onubense satisfizo a los tendidos y, cuando llevaba a cabo su
peculiar “litrazo” fue arrollado pasando a la enfermería donde fue atendido de
“una contusión en la región renal izquierda, con gran hematoma y posible
fractura de varias costillas”, siendo calificado como reservado su pronóstico.
Pasó a su domicilio y, pese a que en un principio se habló de gravedad en su
estado, el torero comenzó a hacer vida normal a los tres días.
No hay comentarios:
Publicar un comentario