La Fiesta en los países sin tradición taurina. |

Es el caso de Estados Unidos, Suecia, Inglaterra, Bélgica o Italia.

A esta rica y diversa realidad se refiere José Aledón, destacando como estos embajadores del toreo constituyen hoy la voz internacional de la Tauromaquia en foros a los que de otra forma resultaría muy complicado, por no decir imposible, llegar.
En un tiempo en el que la expansión de ciertas ideas o prácticas procedentes de distintos países es apabullante, circulando velozmente por la autopista de la globalización, la difusión y práctica – con las salvedades de rigor – del toreo no es una excepción.
En España, cuna de la corrida de toros, no solemos reparar en dicha expansión del arte de torear quizá por aquello de que “los árboles no nos dejan ver el bosque” y pensamos únicamente en ciertos países hispanoamericanos cuando sale a colación el asunto, considerando la robusta y ya añeja práctica de la tauromaquia en Francia como el non plus ultra de la difusión, fuera del mundo ibérico, de la afición a los toros.
Hay, sin embargo, bastantes centros irradiadores de cultura taurina en países que, por su idiosincrasia y tradición cultural, podemos considerarlos situados en las antípodas de nuestra visión del mundo, como es el caso de Suecia (Peña taurina Los Suecos), Inglaterra (Club Taurino of London), Bélgica (Peña Taurine de Bruxelles La Belgicana), Francia (Club Taurin de Paris) e Italia (Club Taurino Milano).
En prácticamente todos los casos se trata de aficionados cabales y sumamente entendidos, llegando, algunos de ellos a sentar cátedra en las distintas disciplinas que orbitan alrededor del planeta de los toros. Tal es el caso de Claude Popelin, Jean Pierre Hédoin, Francis Wolff y Araceli Guillaume-Alonso, prestigiosos intelectuales que han enriquecido la bibliografía taurina con excelentes ensayos.
Estas entidades están coordinadas por la National Association of Taurine Clubs of the United States of America cuya presidenta, Lore Monnig (máxima representante también del club neoyorquino), fue galardonada por el gobierno español en noviembre de 2013 con la Medalla al Mérito Civil.
Según comentó el Cónsul de España en la ciudad de Nueva York en el acto de la entrega de la distinción, ello ocurrió por “sus incansables esfuerzos por promover la fiesta han atraído a miles de estadounidenses a España a disfrutar no solo de las corridas, sino también descubrir la cultura y gastronomía española. Sus actividades en la ciudad de Nueva York (Galas, reuniones mensuales y tertulias) han congregado grupos considerables en torno a la cultura española. Cabe destacar las Galas organizadas en torno a toreros, ganaderos y críticos invitados especialmente desde España".
Dicho esto, dejó bien claro cuál es el papel de los clubes taurinos estadounidenses: "Tenemos que seguir reuniéndonos y proclamando al mundo entero que somos aficionados a los toros –y que estamos muy orgullosos de serlo- y además que vamos a luchar para no perder el arte que tanto admiramos y del cual estamos enamorados".
Hay también en los Estados unidos una entidad con la que hay que estar especialmente agradecidos: la Taurine Bibliophiles of America, fundada en 1964 que, no dependiendo de ninguno de los citados clubes, aglutina los esfuerzos editoriales de todos ellos a través de La Busca, publicación trimestral de crítica literaria y artística, propiciando además la versión al inglés de obras fundamentales de la historia y preceptiva taurina de todos los tiempos, como la Carta histórica sobre el origen y progresos de las fiestas de toros en España de Nicolás Fernández de Moratín, la Tauromaquia o Arte de Torear(edición de 1796) de José Delgado “Illo” y el Combat de Taureaux en Espagne de Emanuel Witz, así como de la publicación de una exhaustiva Bullfight Literature in English: An Annotated Bibliography, por lo que no hay más que felicitar a Gil Arruda y a Dave Tuggle, presidente de la entidad y editor de La Busca respectivamente.
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