DIRECTOR DE ABC DE SEVILLA
Llevo ya algunos años como director de ABC de Sevilla. En todo este tiempo jamás había leído un comunicado tan soez como el que el diestro Morante de La Puebla hizo llegar a un redactor de este periódico para contestar a la información publicada sobre su injustificable retirada a última hora de los carteles de la Feria de Abril. El texto del «maestro» empieza diciendo: «A quién hay que chupársela para escribir en ABC...». El resto, un monumento a la chabacanería más zafia, le hago el favor de omitirlo. Lo que no pienso omitir es la reiteración en la denuncia de que este sujeto y sus mariachis han liderado por segundo año consecutivo el boicot a los carteles de Sevilla con la pretensión de que cambie de manos la gestión del coso del Baratillo. ¿Tal vez para que se haga cargo la multinacional que los apodera?
No voy a defender la gestión de la plaza de toros de Sevilla, entre otras cosas porque me parece inaudito dejarse dinamitar los carteles por segundo año consecutivo y por los mismos individuos. Pero si es preciso poner de relieve el daño tremendo que se le hace a la afición de Sevilla, a la imagen de la ciudad y a la Fiesta Nacional. Con esta gente no hacen falta antitaurinos para acabar con los toros.
Llegada esta hora se hace urgente una reflexión profunda entre los aficionados y los profesionales del mundo del toro sobre el futuro de las corridas. Si la Fiesta Nacional se deja en las manos que está y se organiza en base a intereses espurios, completamente ajenos al criterio del público que la mantiene, su decadencia será imparable. Es hora ya de reaccionar y poner a cada uno en su sitio. Y lo sucedido con los carteles de Sevilla es un excelente pretexto para empezar a poner orden y sentido común. Siempre no van a aparecer Manzanares, a quien no tengo el gusto de conocer, y Espartaco, un gran torero y un señor de los pies a la cabeza, para sacar las castañas del fuego.
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