Simón Casas se repitió hasta el hartazgo en su interminable sermón de apertura el día de la FIT, pero visto lo visto el “productor de arte” mentía más que hablaba, que ya era difícil.
Incapaz de hilar medianamente los argumentos, se explayó en una serie de mensajes pasionales acerca del futuro, la generosidad o la esperanza –tipo Lopera o Podemos– que él mismo se ha encargado de desbaratar en, exactamente, 21 días.
En realidad, la primera acción de la FIT tendría que haber consistido en coger al apoderado de José Garrido –por cierto, un tío dentro y fuera de la plaza– y que se hubiera ido apuntando todas, absolutamente todas las ferias que controla la nueva macroempresa: Olivenza, Valencia, Nîmes, Córdoba, Badajoz, Mont de Marsan, Málaga, Zafra, Zaragoza…
Anunciar un acuerdo de esa magnitud con un chaval de enorme futuro y ajeno a los tentáculos de la FIT hubiera sido un golpe de efecto demoledor, y una demostración palpable de que lo que llegaba era auténtico aire fresco y espíritu de renovación.
No solamente nada de eso sucedió, sino que para colmo, tres semanas después el “productor de arte” (ya hay que tenerla de cemento para autodenominarse así y convertirse luego en el nuevo comisionista de Rivera Ordóñez) le niega a Garrido un puesto acorde a sus merecimientos en Las Fallas, ensuciando la imagen de la FIT hasta límites execrables en un lamentable ejercicio de incoherencia.
Esto es, separar el discurso de los hechos.
Esto es, separar el discurso de los hechos.
Yo les cuento cómo está el toreo a día de hoy, en febrero de 2015.
La Feria de Arles no es sino un burdo puzle de piezas de intercambio y trapicheo en el que todo está pensado para que no le falten contratos al hijo del empresario; y la de Castellón, un insoportable deja vú en el que la apuesta por el futuro es dramáticamente nula.
La Feria de Arles no es sino un burdo puzle de piezas de intercambio y trapicheo en el que todo está pensado para que no le falten contratos al hijo del empresario; y la de Castellón, un insoportable deja vú en el que la apuesta por el futuro es dramáticamente nula.
Ahora, si se demuestra que lo perpetrado por Simón Casas con José Garrido en Valencia tiene el respaldo, amparo y connivencia del resto de componentes de la FIT, quedará claro que los que iban a salvar la Fiesta están actuando con la misma prepotencia, egoísmo y falta de luces que los que la han arrasado en los últimos lustros.
Y si esto es así, desde este blog perdido yo os anuncio que el Toreo, en menos de diez años, estará muerto, y que mientras agoniza, la mayor parte de los medios de comunicación seguirán contemplando el deceso bajo la acomodaticia postura del mamazo y paso atrás.
Pero os voy a decir una cosa: mejor pobre, que a cuatro patas.
Por Álvaro Acevedo--http://www.cuadernostm.com/blog
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