Espectáculo bajo cero

FERIA DE SAN ISIDRO

• Unos muletazos de Juan Bautista alivian algo una tarde de ínfimo interés

Vendaval, como si estuviéramos en esas tardes de marzo gélidas y antipáticas. En este ambiente de rachas de viento y frío las tardes de toros se hacen cuesta arriba. Si por añadidura el espectáculo esta tan ínfimo como el de hoy no es de extrañar que después del quinto toro la gente saliera despavorida para huir de El Capea, y de la temperatura.

En parte los toros de Alcurrucén contribuyeron al tedioso espectáculo. Una corrida en la que algún toro, como el tercero era impresentable al lado de otros como el cuarto de pavorosa presencia. Con este género se estrelló Antonio Ferrera con el que la tiene tomada de largo tiempo atrás un sector de la plaza. Su primero que embestía a las nubes, con trote cochinero y el cuarto, agresivo y exigente le pusieron muy empinada la tarde. Sin embargo en ese cuarto toro encontró un resquicio por el pitón izquierdo para salir, al menos, decorosamente.

Juan Bautista, muy distante y sin ideas con el segundo, se encontró sin embargo a gusto con el quinto, el más claro de la corrida. Desempolvó su buen gusto y cuajó muletazos preciosos por ambos pitones, aunque todo muy intermitente. Petición exagerada de oreja y una vuelta al ruedo que le deja donde estaba.

El Capea hizo el paseíllo, pero ¿toreó?. Yo no lo ví.

Madrid, martes 19 de mayo de 2015. Toros de Alcurrucén. Correctos de presentación y de variado juego. Destacó la clase y el fondo de los toros 2º y 5º. Manejables y de buena condición 3º y 6º; y deslucidos 1º y 4º. Antonio Ferrera, silencio y silencio tras aviso; Juan Bautista, silencio y vuelta al ruedo tras petición; El Capea, silencio en su lote. Entrada: Tres cuartos. El viento molestó mucho y condicionó el resultado artístico de la tarde.