FERIA DE SAN ISIDRO
Corrida de rejones en tono menor, en la realidad de la tarde y en el cartel, como ya de antemano se dejó notar en la taquilla.
Con todo, para el aficionado hubo momentos interesantes, casi todos a cargo del sevillano Luis Valdenebro, que profesionalmente ha crecido mucho con respecto a la temporada anterior. De hecho, en sus enemigos podría haber alcanzado mayor premio si no falla con los aceros de muerte. Pero también Joao Moura dejó un buen recuerdo. Dos valores jóvenes en alza.
Templado y moviéndose siempre en los patrones clásicos, Luis Valdenebro tuvo momentos muy logrados. Especialmente con el noble 3º, al que había parado acertadamente, se dejó ver en el tercio de banderillas, buscando ir de frente a la reunión, sin excesos en la puesta en escena, especialmente montando a “Escondido”. Volvió a dejar constancia de sus muchos progresos con el también noble sobrero, ante el que “Truhán” fue la estrella. Los aceros le han cerrado el camino de un triunfo más sonado, pero Valdenebro ha acreditado sus progresos, con esa soltura especial de la juventud.
También Joao Moura ha dejado constancia de su progresivo rodaje. En su caso, ya con el primero de la tarde tuvo una actuación académica, pero que no llegó a romper en el tendido. Meritoria fue la oreja que le cortó al 4º, un toro carente de celo al que el portugués entendió a base de dejárselo llegar mucho, para resolver luego la reunión templadamente.
Andrés Romero se descentró por completo con los reiterados fallos durante el tercio de banderillas de su primero y ya no volvió a encontrarse así mismo en toda la tarde. Pero hay que anotar a la vez que le correspondió el lote menos lucido.
Madrid, sábado 30 de mayo de 2015. Toros de Benítez Cubero (6º bis) y Pallarés (3º). Joao Moura, ovación con saludos y oreja; Andrés Romero, silencio en ambos; Luis Valdenebro, ovación con saludos en ambos. Entrada: Tres cuartos de plaza
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