FERIA DE SAN ISIDRO
Una tarde de toros llena de matices, de momentos en los que el toreo se hizo grande, eso que todos quisiéramos ver siempre, es decir variedad, improvisación dentro de las normas clásicas y una corrida de toros sin borregueces, moviéndose y metiendo la cara y peleando en varas.
Ya era hora. Losa toros de Juan Pedro de ayer recordaron a los de antes de su época borrega. Toros con mucho que torear. Si señor, como lo hizo Alejandro Talavante en el quinto. Una faena mágica inicada de rodillas echándose el toro por delante, luego los muletazos por ambas manos, algunos soñados y las arrucinas, las trincheras, la fantasía.
Era faena de puerta grande pero este torero tiene en el acero un enemigo invencible. El primero de su lote fue a más en cuanto a su picante. El torero dejó gotas de calidad en esos naturales desmayados sin continuidad. En todo caso llenó de torería una tarde importante.
Madrid, viernes 29 de mayo de 2015. Toros de Juan Pedro Domecq y Parladé (6º bis). Bien presentados y de buen juego a excepción del cuarto. Importantes segundo, encastado; tercero, con clase y transmisión; y quinto, temperamental y encastado. Noble pero blando el primero y con movilidad el sexto bis. Finito de Córdoba, ovación con saludos tras aviso y silencio;Alejandro Talavante, palmas y vuelta al ruedo tras aviso; Daniel Luque, oreja tras aviso. Entrada: No hay billetes. Destacó picando al segundo Manuel Cid y banderilleando Juan José Trujillo, obligado a saludar. Se desmonteraron en el tercero los hermanos Neiro, Abraham y José Luis y en el sexto, Antonio Chacón.
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EL GENIO DE TALAVANTE
“De Extremadura es el genio, que ha lidiado con ingenio.”
El torero busca gloria,
honrando su trayectoria,
apela a la tauromaquia,
al ingenio y a la magia.
Dejándose así llevar,
con talento, sin pensar,
improvisando las suertes,
sin miedo alguno a la muerte.
Un extremeño, en el ruedo,
se ha entregado con denuedo,
muy bizarro, pa’ delante,
Alejandro Talavante.
Diestro osado, diferente,
de los que sigue la gente,
con un valor que se aprecia,
hincado, como en la iglesia.
Plaza, fiel adoratorio,
luciendo gran repertorio,
los tendidos puso que arde,
con el quinto de la tarde.
Se ha pasado a “Ballenito”
por su cuerpo, bien juntito,
posado en las arenillas,
siete lances de rodillas.
Una “arrucina” impensada,
arte, estampa tan soñada,
cambio de mano, aún postrado,
pase de pecho inspirado.
Cortos serán estos versos,
pues, no obstante sus esfuerzos,
Talavante pinchó en hueso,
teniendo no más, por eso.
Sensaciones encontradas,
las emociones ahogadas,
hasta el llanto contenido,
por el triunfo no obtenido.
Vuelta al coso, gallo en mano,
¡albricias, maestro hermano!,
no todo son las orejas,
si te aplicas, si no cejas.
Aplausos te den la calma,
la ovación arrulle tu alma,
porque toreaste a tus anchas,
Dios te dará mil revanchas.
Autor: Lic. Gonzalo Ramos Aranda
México, D. F., a 29 de mayo del 2015
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