La suerte tiene recovecos como, por ejemplo, favorecer al que menos la merece. Llevarse el premio gordo y no lucirlo. Eso ocurrió en Madrid al ser devuelto por inválido el quinto toro de Cuvillo, otro lisiado de la incalificable corrida de este hierro. Salió en sustitución un animalito de El Torero, de pobre presencia pero de juego excepcional. Un toro para formar la mundial. Para cortarle el rabo.
El beneficiado por tan suculento regalo, Sebastián Castella, se explayó en una faena larga, de muchos muletazos, intercalando algunos muy rematados pero en un conjunto que no llegaba a la altura de la calidad de Lenguadito. Castella era Castella, sin grandeza, sin bordar el toreo, achuchando al sublime animal. Cortó una oreja, que sabía a premio de consolación porque el toro era de puerta grande, grandísima.
Madrid, jueves 21 de mayo de 2015. Toros de Núñez del Cuvillo. Correctos de presentación y de decepcionante juego. Deslucidos 1º, 2º yy 6º. Más manejable el 4º. El 3º con movilidad pero rebrincado. El 5º fue devuelto por flojo a los corrales y sustituido por un sobrero de El Torero, ejemplar de sobresaliente nota y fuertemente ovacionado en el arrastre. Diego Urdiales, silencio y vuelta al ruedo tras dos avisos; Sebastián Castella, silencio y oreja tras aviso; Alejandro Talavante, silencio tras aviso y silencio. Entrada: Lleno de "No hay billetes". S.M. El Rey Don Juan Carlos I y su hija la Infanta Doña Elena presenciaron juntos el festejo desde dos localidades ubicadas arriba de chiqueros.
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