El doctor Máximo García-Padrós, ha visitado a los tres matadores de toros que resultaron heridos de gravedad este pasado fin de semana.
A revisar las cornadas y a los matadores dichas curas. Sobre el último en caer herido, Leonardo San Sebastián, que sufrió ayer una cornada en la pierna derecha de dos trayectorias de 25 y 15 centímetros cuando muleteaba al sexto toro de Carriquiri, Padrós apunta que ha pasado "buena noche" y que está evolucionando de forma positiva, matizando que la cornada "es fuerte y extensa" y que, "lógicamente, va a tener más tiempo de hospitalización que sus otros dos compañeros". "Hasta la semana que viene no creo que pueda recibir el alta", adelanta.
Por su parte, tanto Teruel como López Simón "seguirán hospitalizados hasta el jueves o el viernes", augura Padrós. De Teruel, que está acompañado por su madre, Lidia Dominguín, el galeno confirma las palabras apuntadas ayer en este mismo medio por su apoderado, Antonio Mondéjar: "El pitón le llegó a la cadera, llegó a tocar el hueso". El torero se resigna con su mala fortuna: "Era mi único paseíllo en Madrid", subraya; y agrega: "De todos modos, yo sabía que Madrid tiene dos puertas y que por una de ellas había que salir. Era un día crucial para mi carrera".
López Simón descansa rodeado de sus padres. Los calambres que continúa padeciendo son producto, según cuenta Padrós, "de la afectación que tiene del nervio ciático, que fue contusionado con la cornada. Eso está condicionando un poco su recuperación", relata. El torero, en cambio, permanece con la conciencia tranquila -"hice lo que tenía que hacer", confiesa- y asegura que ha pedido a su entorno no querer saber nada de la repercusión que está teniendo su actuación del pasado sábado en Las Ventas: "No me importa el eco que pueda tener, prefiero no saber la opinión de la calle y menos aún preguntar si se va a traducir en contratos. Yo seguiré haciendo lo que sé que debo hacer en la plaza y ante el toro", concluye.
Por su parte, tanto Teruel como López Simón "seguirán hospitalizados hasta el jueves o el viernes", augura Padrós. De Teruel, que está acompañado por su madre, Lidia Dominguín, el galeno confirma las palabras apuntadas ayer en este mismo medio por su apoderado, Antonio Mondéjar: "El pitón le llegó a la cadera, llegó a tocar el hueso". El torero se resigna con su mala fortuna: "Era mi único paseíllo en Madrid", subraya; y agrega: "De todos modos, yo sabía que Madrid tiene dos puertas y que por una de ellas había que salir. Era un día crucial para mi carrera".
López Simón descansa rodeado de sus padres. Los calambres que continúa padeciendo son producto, según cuenta Padrós, "de la afectación que tiene del nervio ciático, que fue contusionado con la cornada. Eso está condicionando un poco su recuperación", relata. El torero, en cambio, permanece con la conciencia tranquila -"hice lo que tenía que hacer", confiesa- y asegura que ha pedido a su entorno no querer saber nada de la repercusión que está teniendo su actuación del pasado sábado en Las Ventas: "No me importa el eco que pueda tener, prefiero no saber la opinión de la calle y menos aún preguntar si se va a traducir en contratos. Yo seguiré haciendo lo que sé que debo hacer en la plaza y ante el toro", concluye.
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