FERIA DE SAN ISIDRO.
Un cartel con mucho contenido en el que Diego Urdiales e Iván Fandiño llevaban el papel de fondo con El Fandi para el circo. Tanto para Urdiales como para Fandiño era la ocasión de anunciarse en Madrid con una ganadería de lujo, la que piden los figurones. Pero su dicha quedó en un pozo porque la corrida de Victoriano del Río, que quitaba el hipo por su agresiva presencia, (ya quisiéramos que en la Beneficencia la que envíe el ganadero de Guadalix de la Sierra salga igual que la de ayer), salió dura y complicada, especialmente el lote de Urdiales. Claro que esta era para la clase media y el miércoles llegan dos figuras.
En todo caso la corrida ha tenido dos toros más que manejables, especialmente el segundo al que El Fandi trituró a base de trallazos. El quinto salió violento y con mucho que torear entonces el banderillero granadino tiró la toalla. Claro que el petardo no le afectará y seguirá, impertérrito, anunciado en todas las ferias. Su circo en banderillas sigue siendo un reclamo para los públicos de montonera.
Diego Urdiales una de las pocas referencias de la pureza en el toreo, se llevó, en efecto, un lote capaz de quitarle la cabeza a cualquiera, especialmente el cuarto que cogió e hirió al banderillero Domingo Valencia. Urdiales plantó cara al toro y se la jugó sin que la mayoría se enterara. Su primero repetía con violencia y Urdiales las pasó moradas para salir al menos airoso del trance.
Iván Fandiño se llevó un lote igual en su comportamiento, desde luego menos complicado que el de Urdiales, dejándose torear pero muy escaso de fuerza. Consiguió algunos naturales, muy cruzado, al tercero pero al final era un empeño imposible bajar la mano ante esas extremidades de gelatina. El sexto engañó con su tranco de salida para fundirse luego en la muleta. Se le ha ido la feria a Fandiño en blanco.
Madrid, jueves 28 de mayo de 2015. Toros de Victoriano del Río y Toros de Cortés (1º). Bien presentados, serios, y deslucidos. El segundo, con fijeza y prontitud, ovacionado en el arrastre. El tercero, noble y manejable. El quinto, complicado.Diego Urdiales, silencio y silencio tras aviso; El Fandi, pitos en ambos; Iván Fandiño, división de opiniones al saludar y silencio. Entrada: Casi lleno. Saludó Miguel Martín en banderillas en el tercero de la tarde.
PARTE FACULTATIVO DE DOMINGO VALENCIA.- "Herida por asta de toro en tercio medio cara externa del muslo derecho con dos trayectorias, una ascendente de 20 cm. que produce destrozos en músculo tensor de la fascia lata y en vasto externo alcanzando trocánter mayor; y otra trayectoria ascendente de 25 cm. hacia dentro que produce destrozos en recto anterior y músculo crural, alcanza fémur y contusiona paquete vásculo-nervioso femoral. Contusión en primer dedo mano derecha con posible lesión en articulación metacarpofalángica, pendiente de estudio radiológico. Tras ser intervenido en la enfermería de la plaza es trasladado al hospital San Francisco de Asís con cargo a La Fraternidad. Pronóstico: Grave que impide continuar la lidia. Firmado: Dr. García Padrós".
En todo caso la corrida ha tenido dos toros más que manejables, especialmente el segundo al que El Fandi trituró a base de trallazos. El quinto salió violento y con mucho que torear entonces el banderillero granadino tiró la toalla. Claro que el petardo no le afectará y seguirá, impertérrito, anunciado en todas las ferias. Su circo en banderillas sigue siendo un reclamo para los públicos de montonera.
Diego Urdiales una de las pocas referencias de la pureza en el toreo, se llevó, en efecto, un lote capaz de quitarle la cabeza a cualquiera, especialmente el cuarto que cogió e hirió al banderillero Domingo Valencia. Urdiales plantó cara al toro y se la jugó sin que la mayoría se enterara. Su primero repetía con violencia y Urdiales las pasó moradas para salir al menos airoso del trance.
Iván Fandiño se llevó un lote igual en su comportamiento, desde luego menos complicado que el de Urdiales, dejándose torear pero muy escaso de fuerza. Consiguió algunos naturales, muy cruzado, al tercero pero al final era un empeño imposible bajar la mano ante esas extremidades de gelatina. El sexto engañó con su tranco de salida para fundirse luego en la muleta. Se le ha ido la feria a Fandiño en blanco.
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