Hasta que llego Perera

Corrida de Semana Santa en Malaga.

La han llamado la Corrida Monstruo  del sábado de Gloria porque se anunciaron cuatro toreros y dos ganaderias, que luego fueron tres con el remiendo de Vegahermosa. 

Pero en realidad se trataba de la corrida de los disidentes de Sevilla. 

Y ocho toros. Ocho interminables, desiguales, descastados y hasta interesantes toros, no para el torero, pero si para el aficionado. 

En realidad la corrida se moría con la anunciada muerte del aforismo consabido de tarde de expectación, tarde de decepción. Hasta que llego  Perera que pidio entrar a formar parte de los toreros que sabe elegir Málaga, como en su día eligió a su suegro El Niño de la Capea, y que pudo entrar por la base de un toreo firme, valiente, técnico y entregado, como hacia mucho tiempo no se veía en esta plaza de toros.

Fue el séptimo del hierro de Daniel Ruiz, de fea presentación, grandon, mal hecho, que se dejo en dos varas y que arreo en banderillas. 
Perera brindo otra vez al publico y tras dejar según su costumbre la montera, cuidadosamente, en la segunda raya, se fue al centro del gran anillo malacitano y se puso a convencer a un regañado toro que no dejaba estar al torero con confianza y que por imperativo legal, el que da la certeza de jugarse la vida literalmente, termino dominado en cualquiera de los terrenos de la plaza a los que Perera llevara al avieso animal. 
Fue la faena de un torero honrrado. Sin mas escribir. Sin mas que platicar. 
La hizo y punto. Dejo las zapatillas pegadas a la arena. Las femorales a merced de los pitones. Dos fuertes revolcones le costo ese atrevimiento. Y templo aquellas desconcertantes embestidas porque el temple estaba ya en su alma de torero. Aquel toro de dos velocidades. 
De paradas en la embestida. De arreones en medio del muletazo. No significo para Perera nada mas que el instrumento de su triunfo. De la gloria en Málaga. 
A partir de esta faena, tras la que corto solo una oreja por haber matado de estocada tendida y trasera, haber sido avisado y haber necesitado dos descabellos,
 Perera pertenece a las glorias del toreo malagueño, como la biznaga es identitaria de esta tierra.

En el tercero, remiendo de Vegahermosa, bueno  pero sin recorrido, anduvo voluntarioso.

El Juli se esforzó con el esaborido sexto del hierro de Jandilla. Y con el buen segundo de Daniel Ruiz no paso de eléctrico, no acoplándose por el pitón izquierdo.

Morante sorteo dos toros parados y descastados y no se le vio nada mas que un quite en el ultimo toro.

Cerraba cartel el ínclito Talavante, que se dejo ir el mejor toro de la tarde, el cuarto, del hierro de Ruiz. Entre posturitas y recursos, nada de fundamento. El octavo, otro buen toro de Jandilla termino quedandose corto pues al ingenioso torero se le ocurrió ahogarle las embestidas.

Los toros de saldo. De los de billete pequeño. Seguramente de rebajas. Desiguales de presencia como es natural en tres hierros lidiados. Con un buen lote para Talavante. Cuarto y octavo. Malo para Morante. Desigual en juego para Juli y Perera.

Saludo El Lili por un par de merito en el tercero.

¡Aquí paz y allí gloria!

Sábado, 4 de abril de 2015. Málaga. Sábado de Gloria. Toros de Daniel Ruiz (1º, 2º, 4º y 7º) de los que destacaron 2º y 4º, buenos, Jandilla (5º, 6º y 8º) y Vegahermosa (3º), deslucidos. Morante: Silencio en ambos; El Juli: Ovación con saludos y silencio; Perera: Ovación con saludos y oreja con petición de la segunda tras dos avisos; Talavante: Silencio tras aviso y ovación con saludos. Entrada: Se colgó el cartel de "No hay billetes" .

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