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jueves, 2 de abril de 2015

Los niños tienen derecho a ver toros

El Observatorio Nacional de las Culturas Taurinas analiza y apoya desde distintos puntos de vista, legal, psicológico y antropológico, el derecho de niños y menores a presenciar espectáculos y actividades taurinas.
Tras el fracaso en su intento de conseguir la prohibición de las corridas cuando se aprobó por la Asamblea Nacional la noción "de animal sensible", la diputada Florence Abeille pide ahora la prohibición del acceso de los menores a las plazas de toros, haciéndose portavoz de la fundación suiza "Franz Weber", que financia desde hace años la lucha antitaurina.

Entre las acciones legales emprendidas por la Fundación Franz Weber contra el gobierno francés, está el recurso de anulación del registro de las corridas de toros al patrimonio cultural inmaterial de Francia. Por decisión con fecha del 3 de abril de 2013, el Tribunal administrativo de París rechazó a dicha Fundación de su aplicación en base a "no tiene pie para actuar", y juzgando sobre la base de "mantener que la tauromaquia es contraria a la Declaración Universal de los Derechos del Hombre (TA Paris, 3 de abril 2013, 7ª sección, 1ª cámara, nº 1115219 y 1115577.7)".

El Tribunal administrativo ha revelado que además la tauromaquia está enraizada en cuatro regiones del Sur de Francia. Constata que ella ofrece a ciertos grupos, comunidades e individuos "un sentimiento de identidad y de continuidad" contribuyendo a promover "el respeto de la diversidad cultural", conforme a las recomendaciones de laConvención de la UNESCO "sobre la protección y la promoción de la diversidad de las expresiones culturales", con fecha del 20 de octubre de 2005.


Los argumentos desarrollados por la Fundación Franz Weber y aceptados por la señora Abeille, contra supuestos efectos negativos de la práctica y la participación de los niños en la tauromaquia, no se basan en análisis científicos, esencialmente bajo las prerpectivas antropológicas, jurídicas y psicológicas.

Desde la perspectiva antropológica, hay poca necesidad de hacer hincapié sobre el carácter estructurado por la personalidad del niño que constituye el sentimiento de pertenencia a una cultura. Existe en efecto, en las regiones de tradición, una cultura taurómaca, demostrada por la importancia que ella toma en estas regiones, figurando en el argumento de la ficha de inscripción en el patrimonio cultural inmaterial de Francia, cuyo fundamento está acreditada por personalidades científicas que intervinieron en su evaluación.

Desde la perspectiva jurídica, muchos textos internacionales consagran expresamente el derecho de los niños, al igual que los adultos, al respeto de su identidad cultural, necesaria en su desarrollo. Como resultado de estos textos (Pacto internacional relativo a los derechos económicos, sociales y culturales – Declaración de los Derechos de la infancia del 20 de noviembre de 1959 – Convención Internacional de los Derechos de la Infancia de 1989) que cualquier interferencia en el ejercicio de una actividad cultural del niño, en particular en esta actividad que se efectúa bajo la dirección y control de sus padres, constituye una discriminación. Esta es la razón por la que la ley penal francesa reconoce a título de excepción cultural, la legalidad de la práctica de la corrida en las regiones de "tradición local ininterrumpida". Esta disposición fue considerada por el Consejo Constitucional conforme a la Constitución.

Respecto a la perspectiva psicológica y psiquiátrica, la señora Abeille, repitiendo los argumentos de la Fundación Franz Weber, sostienen que los espectáculos taurinos serían perjudiciales en el desarrollo psíquico del niño. A este respecto se trata de una opinión sin fundamento científico, desarrollada al servicio de movimientos animalistas con vocación abolicionista, generadora de intolerancia cultural y transmitida por redes militantes agresivas o incluso violentas.

Durante los Encuentros "animal y sociedad", el Observatorio Nacional de las Culturas Taurinas propuso que se "proceda a un estudio  que permita evaluar la realidad del peligro representado por los espectáculos taurinos sobre los menores". Todas las organizaciones anti taurinas presentes lo rechazaron, conociendo perfectamente que los resultados no les serían favorables. Muchos son los psicólogos, psiquiatras y psicoanalistas partidarios del acceso de los menores a la cultura taurina. Para ellos la corrida "es fuente de emociones, de intercambio emocional, de comunión espiritual, de homenaje a nuestras raíces y orgullo para nuestras generaciones… Ella es para nuestros niños una experiencia gratificante que proporciona valores positivos y estructurales dentro del respetuoso y afectuoso compartir".

En una época en que la lucha contra la "fractura social" llevar a abogar por el respeto de las minorías culturales, por lo que sorprende que algunos parlamentarios franceses respalden un intento de discriminación llevada a cabo por una Fundación suiza contra una comunidad cultural fuerte de dos millones de ciudadanos franceses.

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