El Parlamento Europeo rechazó ayer una propuesta de Los Verdes, presentada por el neerlandés Bas Eickhout, para eliminar las ayudas europeas a la crianza del toro bravo.
En términos generales, parece una intentona más de los animalistas para imponer su criterio anti-corrida.
La base de Eickhout y Los Verdes es la ideología vegana de PACMA: todas los especies son iguales. Un hombre tanto como un perro. La iniciativa de ayer, en cualquier caso, revelaba el verdadero rostro de este movimiento que utiliza la violencia para acabar con la Tauromaquia y utiliza sus principios como quiere para provocar la extinción del toro bravo.
Los Verdes no podían solicitar la eliminación de las ayudas al toro: estas ayudas no existen ya que son ayudas generales al ganadobovino.
Lo que hicieron, por lo tanto, fue pedir que los ganaderos de bravo quedasen excluidos de los fondos de la Política Agraria Común. La idea no tiene desperdicio: esos fondos tienen como objetivo compensar al sector y ayudarle a mantener el nivel competitivo frente a la importación de productos cárnicos, cereales, etc..., de terceros países.
Los Verdes pedían que no se destine ni un solo euro para ese cometido en las ganaderías de ganado bravo, o lo que es lo mismo, que esas explotaciones vayan a la ruina mientras la Unión Europea permanece pasiva. El argumento es así: hay que cuidar a los animales, salvo si son toros. Curiosa interpretación de la igualdad por razón de especie. ¿Los toros? Que se mueran.
El fondo lógico de esta postura no es ni nuevo ni desconocido. De hecho, en cualquier debate sobre la protección o prohibición de la Tauromaquia, siempre que se ha argumentado que la prohibición de las corridas de toros se traduciría en el declive del rico ecosistema en el que se cría el toro bravo y, a la postre, en la desaparición de la especie, con toda su riqueza genética, ha sonado desde el lado antitaurino una réplica similar a ésta: 'Es preferible eso, a que se sigan celebrando corridas de toros'. Todos lo hemos escuchado en alguna ocasión y hemos experimentado el estupor ante una postura tan extrema que, partiendo de la base de la supuesta protección, acaba postulando la desaparición de una especie.
En cualquier caso, lo que se dirimía ayer en el Parlamento Europeo no era una cuestión moral o filosófica, sino una cuestión económica y presupuestaria. Precisamente por eso todo quedó más negro sobre blanco.
Los Verdes de Europa apuestan por la discriminación. Quieren que la Unión Europea sancione una actividad económica no sólo legal sino imprescindible del modo más taxativo posible: negando a los ganaderos de bravo la posibilidad de acceder a una financiación a la que tienen derecho, al igual que los titulares de cualquier otro tipo de explotación ganadera. No importa que toda la carne del toro bravo se aproveche alimentariamente y esté considerada un producto de primera calidad. No importa que las ganaderías en las que se crían los toros sean pilar fundamental de la riqueza natural de los países. No importa que las ganaderías de bravo formen parte esencial de un ecosistema que se vería muy mermado sin ellas. No importa nada de eso: hay que hacer un 'gueto' y encerrar en él a los criadores de toros de lidia, convertirlos en apestados de la política presupuestaria de la Unión. La Unión Europea, precisamente la institución creada en este continente para hacer realidad la igualdad de los hombres y desterrar los extremos de discriminación por cualquier razón que enseñaron los nazis.
La propuesta de Los Verdes fue rechazada. Pero la victoria fue pírrica: 341 votos a favor, 294 en contra y 45 abstenciones. A la idea de Eickhout sólo le faltaron 36 apoyos para alcanzar el umbral de los 377 votos necesarios para su aprobación. Seguirán intentándolo, en cada debate que se plantee y por eso es tan urgente la movilización de este sector, por eso sigue vigente el llamamiento que hacíamos el otro día: contemos nuestros votos y movilicémoslos. No se trata sólo de defender una actividad lícita y luchar contra los argumentos animalistas para la extinción del toro bravo. Se trata de proteger la igualdad de los hombres.
Los Verdes de Europa apuestan por la discriminación. Quieren que la Unión Europea sancione una actividad económica no sólo legal sino imprescindible del modo más taxativo posible: negando a los ganaderos de bravo la posibilidad de acceder a una financiación a la que tienen derecho, al igual que los titulares de cualquier otro tipo de explotación ganadera. No importa que toda la carne del toro bravo se aproveche alimentariamente y esté considerada un producto de primera calidad. No importa que las ganaderías en las que se crían los toros sean pilar fundamental de la riqueza natural de los países. No importa que las ganaderías de bravo formen parte esencial de un ecosistema que se vería muy mermado sin ellas. No importa nada de eso: hay que hacer un 'gueto' y encerrar en él a los criadores de toros de lidia, convertirlos en apestados de la política presupuestaria de la Unión. La Unión Europea, precisamente la institución creada en este continente para hacer realidad la igualdad de los hombres y desterrar los extremos de discriminación por cualquier razón que enseñaron los nazis.
La propuesta de Los Verdes fue rechazada. Pero la victoria fue pírrica: 341 votos a favor, 294 en contra y 45 abstenciones. A la idea de Eickhout sólo le faltaron 36 apoyos para alcanzar el umbral de los 377 votos necesarios para su aprobación. Seguirán intentándolo, en cada debate que se plantee y por eso es tan urgente la movilización de este sector, por eso sigue vigente el llamamiento que hacíamos el otro día: contemos nuestros votos y movilicémoslos. No se trata sólo de defender una actividad lícita y luchar contra los argumentos animalistas para la extinción del toro bravo. Se trata de proteger la igualdad de los hombres.
No hay comentarios:
Publicar un comentario