Un gran Talavante abre la puerta grande en Zaragoza.
Cuando se hacen bien las cosas la gente responde. Se confirma con el éxito de público en esta feria del Pilar ,confeccionada a base de carteles con tirón y corridas a tono con las exigencias de esta plaza y que está a punto de finalizar como las más redonda de este año en plazas de primera. Ayer, por ejemplo, hay que celebrar la seriedad de la corrida que envió Juan Pedro Domecq, con pitoines casi extravagantes y unas hechuras que imponían respeto.
Enrique Ponce lidió dos sobreros, uno de Juan Pedro, en el límite de sus fuerzas al que mimó a media altura y en el cuarto, de Torrealta, una borrega tullida, sacó a relucir su maestría con este tipo de animalejos para torear con infinito mimo y cortar una oreja que le supo a gloria.
Diego Urdiales lanceó a la verónica con armonía y gran juego de brazos. Estuvo muy por encima del tercero, desarrollando su toreo de enorme pureza y dejando en claro que ya debe estar en todas las ferias. Cortó una oreja de ley. En el quinto, de aviesas intenciones, se plantó sin pestañear y se la jugó sin ruido.
Zaragoza. Feria del Pilar. Sábado 11 de octubre. Toros de Juan Pedro Domecq, el 1º devuelto por otro del mismo hierro; el 4º, devuelto por uno de Torrealta; bien presentados, destacando el juego del 2º y 3º.
Enrique Ponce: Ovación con saludos y oreja tras aviso; Diego Urdiales: Oreja y ovación con saludos tras aviso ; Talavante: Dos orejas y palmas de despedida.
Entrada: Casi lleno. Se desmonteraron Víctor García en el quinto y Juan José Trujillo en el sexto
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