Del 5 al 14 de julio se celebrarán ocho corridas, un espectáculo de rejoneo y una novillada
Cuando se acercan las fiestas de San Fermín, un revuelo de maletas se inicia en distintas partes del mundo; muchos pamploneses se preparan para huir del bullicio festivo; miles de turistas nacionales y extranjeros se estampan el número siete en la frente y sueñan con el pañuelo rojo, y ocho hombres doblan el traje corto y guardan el sombrero cordobés.Son los mayorales de las ganaderías que lidiarán en la llamada Feria del Toro.
Sin esos sabios de la bravura, San Fermín no tendría sentido. Ellos se tutean con los padres de cada uno de los toros que viajan a la capital navarra, los han visto nacer y crecer y han sido sus respetados amigos durante los cuatro años de vida en la dehesa.
Mientras unos cierran sus casas y otros ansían encontrarse cara a cara con la tensión, el miedo y el jolgorio, ellos, los mayorales, preparan el hatillo y se disponen a cumplir el rito de acompañar a sus toros al encuentro final que da sentido a su existencia: a la lidia alborotada y ruidosa en la plaza, precedida del encierro, en el que los animales se ven acosados por una multitud y escapan a la carrera del acoso de seres enfervorizados que se divierten con la cercanía del toro, y, a veces, salen maltrechos de su osadía.
Pero así es San Fermín; y, además, esta fiesta exige los toros más grandes y los de más aparatosas defensas de las ganaderías más afamadas. Y así, entre los mozos del lugar y los que se disfrazan de tales, sean españoles o de Nueva Zelanda o Australia, y los toros procedentes de Cádiz, Salamanca, Ávila, Mérida, Madrid y Sevilla —ahí han nacido y pastan los de este año—, la fiesta alcanza un esplendor en el que se funden la diversión, la tradición, la leyenda, el miedo, la bacanal...
Pero el toro —todo por el toro— es el rey. Es el protagonista indiscutible de San Fermín. Importan poco los toreros; acuden cada año algunas figuras del momento, pero ninguna de ellas es imprescindible. Lo importante es repetir las ganaderías triunfadoras de ferias anteriores, mantener algún hierro clásico y apostar por los de mejor rendimiento En el fondo, se trata de cumplir el mandato del año 59: "Toros excelentes de presentación y sin arreglo de pitones para los toreros valientes que deseen torearlos".
Nacimiento en 1959
Porque esta Feria del Toro nació en 1959, cuando los apoderados de Luis Miguel Dominguín y Antonio Ordóñez enturbiaron las negociaciones con la Casa de Misericordia por sus exigencias económicas y toristas hasta el punto de que laempresa prescindió de ambos toreros, alcanzó acuerdos con las más prestigiosas ganaderías y apostó por la presentación de las reses. Y así se ha pretendido mantener desde entonces; si bien es habitual que las camadas más serias y toristas se anuncien en Pamplona, la Feria del Toro no ha podido evitar que los hierros más comerciales se hayan hecho un hueco en el ciclo por la presión de las figuras modernas. De otro modo, no se entendería la presencia de Garcigrande o Valdefresno en temporadas anteriores, o Victoriano del Río, Jandilla y Núñez del Cuvillo, en esta.
A pesar de ello, no todas las figuras aceptan jugarse el tipo al ritmo de La chica ye-yé o Clavelito. De hecho, en esta edición no estarán Morante de la Puebla ni José María Manzanares ni Enrique Ponce; ni Paco Ureña, triunfador en San Isidro, ni José Tomás, por supuesto. Y Manuel Escribano, que está anunciado con losmiuras, no podrá cumplir su contrato porque está convaleciente de una gravísima cornada sufrida el 25 de junio en Alicante. Un año más, tampoco estará el rejoneador Diego Ventura, presunta e injustamente vetado por Hermoso de Mendoza. Sea como fuere, la plaza agotará cada día las 19.721 localidades que salen a la venta, y los ocho mayorales, vestidos de corto, ajenos a la fiesta y gravedad en el semblante, velarán por sus pupilos y soñarán con alcanzar el premio Feria del Toro, que reconoce la corrida más completa, o el Carriquiri, que se concede al toro más bravo de los Sanfermines.
CARTELES
La feria taurina se celebrará del 5 al 14 de julio, y consta de ocho corridas, un espectáculo de rejoneo y una novillada. Las combinaciones son las siguientes:
Martes, 5 de julio. Novillos de El Parralejo, para Javier Marín, Luis David Adame y Andy Younes.
Miércoles, 6. Espectáculo de rejoneo. Toros de Capea, para Hermoso de Mendoza, Leonardo Hernández y Roberto Armendáriz.
Jueves, 7. Toros de Fuente Ymbro, para Miguel Abellán, Paco Ureña y Roca Rey.
Viernes, 8. Toros de Cebada Gago, para Eugenio de Mora, Pepe Moral y Javier Jiménez.
Sábado, 9. Toros de José Escolar, para Francisco Marco, Juan Bautista y Alberto Aguilar.
Domingo, 10. Toros de Pedraza de Yeltes, para Curro Díaz, Iván Fandiño y Juan del Álamo.
Lunes, 11. Toros de Jandilla, para Diego Urdiales, Alejandro Talavante y López Simón.
Martes, 12. Toros de Victoriano del Río, para Juan José Padilla, El Juli, López Simón.
Miércoles, 13. Toros de Núñez del Cuvillo, para Sebastián Castella, Miguel Ángel Perera y Roca Rey.
Jueves, 14. Toros de Miura, para Rafaelillo, Dávila Miura y Manuel Escribano.
Miércoles, 6. Espectáculo de rejoneo. Toros de Capea, para Hermoso de Mendoza, Leonardo Hernández y Roberto Armendáriz.
Jueves, 7. Toros de Fuente Ymbro, para Miguel Abellán, Paco Ureña y Roca Rey.
Viernes, 8. Toros de Cebada Gago, para Eugenio de Mora, Pepe Moral y Javier Jiménez.
Sábado, 9. Toros de José Escolar, para Francisco Marco, Juan Bautista y Alberto Aguilar.
Domingo, 10. Toros de Pedraza de Yeltes, para Curro Díaz, Iván Fandiño y Juan del Álamo.
Lunes, 11. Toros de Jandilla, para Diego Urdiales, Alejandro Talavante y López Simón.
Martes, 12. Toros de Victoriano del Río, para Juan José Padilla, El Juli, López Simón.
Miércoles, 13. Toros de Núñez del Cuvillo, para Sebastián Castella, Miguel Ángel Perera y Roca Rey.
Jueves, 14. Toros de Miura, para Rafaelillo, Dávila Miura y Manuel Escribano.
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