El toro de hace dos siglos volvió para sembrar el pánico
Dos subalternos, Adalid y Del Puerto, provocan un clamor
La tauromaquia del siglo XIX volvió ayer en la plaza de Madrid donde salió una corrida de Saltillo para recordarnos de donde venimos y el sentido trágico y la verdad de esta fiesta incomparable. No se trataba del toro de carril, ni del manso tontorrón. Era la alimaña silvestre para crear el pánico y poner a prueba a las cuadrillas.
Una corrida terrible en la que, sin embargo, no solo nadie se aburrió sino que además nos deja casi seguro varios trofeos a profesionales como David Adalid con cuatro pares de banderillas asombrosos por el riesgo y dificultad de los mismos y a un peón, César del Puerto por la lidia al quinto toro.
Y ha servido para que Alberto Aguilar se fajara con el lote que más se dejó hacer el toreo. Estuvo decidido en ambos ejemplares que exigían un plus terrible de esfuerzo, concentración y valor. Aguilar pudo hasta desorejar al quinto pero estaba físicamente agotado para continuar en aquella pelea a cara de perro.
Algo que no le ocurrió a Sánchez Vara, especialmente en el cuarto, un manso integral condenado a banderillas negras que no admitió ni un pase. La gente lo comprendió y a nadie le importó que en cuanto pudo se fuera por la espada de matar.
Pero la peor parte se la llevó José Carlos Venegas que vio como se le iba vivito y coleando a los corrales el tercer toro. Lo había pasado de horror en la muleta pero el trance a la hora de matar resultó un suplicio. Un pinchazo hondo no sirvió y no hubo forma de que el toreo humillara lo más mínimo para descabellar. Al final logró una estocada cuando ya casi sonaba el tercer aviso. Y para asombro general el toro se fue a lo corrales tan vivo como había salido. En el sexto hizo lo que debía, o sea acabar cuanto antes.
Plaza de Madrid. Decimosexta corrida. Menos de tres cuartos de entrada. Toros de SALTILLO , mansos, de agresivo comportamiento y algunos, como 3º y 4º (condenado a banderillas negras) de lidia imposible. SÁNCHEZ VARA , de verde esmeralda y oro). Estocada tendida (silencio). Estocada corta (palmas).ALBERTO AGUILAR , de nazareno y oro. Tres pinchazos y estocada caída. Dos avisos (silencio). Pinchazo, estocada corta y descabello (saludos). JOSÉ CARLOS VENEGAS , de blanco y oro. Pinchazo hondo, pinchazo y estocada. Tres avisos (palmas de consolación). Pinchazo y estocada (palmas).
