Los toros de Gerardo tienen un sentido y un desarrollo diferente al Domecq "convencional". Su codiciosa embestida, el tranco largo, y el genio en su sangre de bravo, son matices claramente perceptibles en las cualidades y características de su vacada.
Aunque es una ganadería de embestidas de trazo fino y propicia para la tauromaquia actual, llama la atención que, pese al buen juego que dan en la lidia ortodoxa, la selección del ganadero y los espectaculares toros que cría en la dehesa de "Los Llanos", han hecho de este hierro uno de los más cotizados y demandados para los festejos populares.
Su codiciosa embestida, el tranco largo, y el genio en su sangre de bravo, son matices claramente perceptibles en las cualidades y características de su vacada. Una ganadería que genera cada vez más expectación para los amantes del toro en la calle. Unos toros que no defraudan ni dejan indiferente a nadie.
Gerardo Ortega Sánchez nació en la aldea de El Patrás, perteneciente al municipio onubense de Almonaster la Real.
Su ganadería de bravo la formó en 1949. Antes hizo de corredor y empresario dedicado fundamentalmente al suministro de carne a muchas provincias de España. Vivió en la calle Palos de Huelva y después se fue a Trigueros, donde adquirió unas tierras en las que llevó el ganado que necesitaba para sus negocios de carne.
Un día su hijo Paco le dijo que quería ser torero, y fue entonces cuando Gerardo Ortega le compró machos y vacas que acabó vendiendo a Celestino Cuadri.
Llegado el citado año 49, el de la fundación de la vacada, compró 79 vacas y un semental llamado “Trigueros” a Doña Carmen Calderón Alcalde, quién tenía uno de los lotes procedentes de la división de la ganadería de Don José Enrique Gallardo Serrano. Posteriormente, Gerardo adquirió con 31 vacas y el semental “Imparcial”, reses adquiridas a los renombrados ganaderos Isaías y Tulio Vázquez.
En 1952 lidió sus primeros animales e hizo otra compra. En esta ocasión fueron un centenar de vacas y dos sementales del Marqués de Domecq.
Los más rotundos los logrados en una corrida concurso celebrada en Córdoba o el de las "Colombinas" del año 1973, último que vivió el creador de la ganadería. Falleció el ganadero y la tarde del 6 de octubre de 1973, a la misma en que tuvo lugar el sepelio de Gerardo, se lidiaba un encierro de la casa en la localidad extremeña de Zafra. Hicieron el paseíllo Sebastián Palomo Linares, Miguel Márquez y José Antonio Campuzano.
El mismo año de su fallecimiento Gerardo Ortega cedió la ganadería a sus hijos José y Francisco. El 15 de julio de 1979 adquirió antigüedad en Madrid, lidiándose a nombre de José Francisco Ortega Sánchez. En el cartel estaban Manolo Amador, Julio Robles y Roberto Domínguez. La corrida tuvo buena presencia y un juego dispar, aunque todos los animales fueron fuertes. Destacaron 4º y 6º.
En 1984 Francisco se quedó como único propietario pero al año siguiente la cedió de nuevo a su hermano José, quien en 2001 la cedió a su hijo Gerardo, y éste pasó a anunciarse como “Toros de Gerardo Ortega”.
El tronco principal de la ganadería estaba compuesto por vacas y sementales del Marqués de Domecq, y un lote de vacas de la de Juan Pedro Domecq y de Luis Algarra Polera. En 1994 adquiere tres sementales de la ganadería de Los Guateles, y en 1999 elimina la sangre del Marqués de Domecq, manteniendo pura la procedencia de Juan Pedro Domecq y Díez.
Por Jaime Bravo
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