Impacta Javier Cortés
El segundo Desafío Ganadero reunió a los hierros de Palha y Hoyo de la Gitana. Puntuó Gómez del Pilar en su primera labor ante un toro de Palha que dio juego en el caballo. Mas los mejores muletazos de la tarde los firmó un torero de Madrid: Javier Cortés. Su puro concepto y su buen sentido del toreo dejaron huella en la afición de Las Ventas. A Rubén Pinar le tocó el lote de menos opciones y sólo pudo justificarse.
"¡Gracias Noé!", retumbó en el granito la ronca voz de Faustino Herranz 'El Rosco'. Protagonista de la ilustración de Jerome Pradet del programa de mano. Aquel agradecimiento se produjo durante la brega del tercer toro y respondía a un gran esfuerzo por parte de Gómez del Pilar por lucir al toro en la suerte de varas. El toro de Palha se llamaba Asustado y tras derribar el caballo de 'El Patillas' sembró el pánico. Gómez del Pilar se preocupó de poner orden en la lidia, dejó al toro colocado en la boca del embudo que para estas corridas se ha dibujado en el ruedo. Con alegría se arrancó. El inicio de la faena fue de rodillas, por alto. Tragando pero también llevando. Del Pilar lo llevó con pulso en una faena a menos pero con interés. Al natural lo embarcó con limpieza y se le pidió con fuerza una oreja como premio al conjunto de la actuación.
El sexto, de Hoyo de la Gitana, no fue tan espectacular en el caballo pero reunió virtudes para el último tercio. Del Pilar no se mostró tan despejado como en su primero y cuando le cogió el aire al santacoloma había bajado ya el pistón de la embestida.
Tras seis años de ausencia regresó a Las Ventas Javier Cortés. Causó impresión lo bien que anduvo en sus dos turnos. El segundo de la tarde, de Hoyo de la Gitana, se pensaba mucho cada una de sus embestidas. Cortés cuidó la colocación en todo momento; siempre en el pitón contrario, la pierna de salida adelante, el pecho por delante. Faena de compromiso total. Se aplomó el toro de la divisa salmantina y no le permitió rematar una interesante labor.
El quinto de la tarde, de Palha, fue un auténtico tío. Acapachado, ancho de sienes, de agresiva expresión. Cortés siguió en la línea marcada en el primero, en esta ocasión con mayor eco en los tendidos. Dos tandas de naturales alcanzaron la excelencia. De nuevo la colocación fue clave. Plenamente asentado, entregado al cien por cien. Empezó el toro a buscar excusas tras cuatro exigentes tandas y entonces afloró la firmeza. La espada pudo llevarse un trofeo.
Rubén Pinar pechó con el lote de menos opciones de la corrida. En ambos toros mostró su buen oficio. En algunos momentos su facilidad evitó que la afición diese importancia al tremendo esfuerzo que hizo en sus dos toros. Serenidad y temple del manchego.
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