Un torero nuevo con aires antiguos...

Confirma la alternativa en la plaza de toros de Madrid el diestro Pedro Gutiérrez Moya "Niño de la Capea".

Actuó de padrino Palomo Linares, y de testigo Francisco Rivera "Paquirri"

En 1974 el toreo andaba revolucionado por la llegada al escalafón superior de un grupo de seis o siete toreros nuevos,capitaneado por "El Niño de la Capea" y Antonio José Galán.
Estos noveles matadores hicieron que las acomodadas figuras del momento tuvieran que apretarse lo machos para seguir manteniendo su cetro.

Aquel martes 21 de mayo se anuncia un encierro de Atanasio Fernández para la confirmación en Madrid de un joven charro del que se escuchaban grandes triunfos en las provincias.

Vestido de corinto y oro, acompañado en el paseíllo por Sebastián Palomo Linares, que actuó como padrino, y Francisco Rivera "Paquirri", Pedro Moya "El Niño de la Capea", cambió la seda por el percal para recibir a "Girón", toro de la ceremonia, al que superando los nervios y con la seguridad de quien se sabe capaz, templó,sometió y ligó muletazos con el oficio de un matador cuyo futuro está más cerca de retirarse que de un joven diestro que se presenta en Madrid.
Lección de toreo al natural con un astado al que le cortó una oreja con petición de la segunda.
El otro toro de su lote, el sexto, manseó y buscó las tablas. Allí aprovechando las querencias del animal, el recién confirmado matador de toros le planteó faena consiguiendo bellos muletazos premiados con dos orejas.

Puerta grande para "El Niño de la Capea",a quien acompañó en la salida a hombros "Paquirri", que no quiso quedarse atrás en una tarde de triunfo rotundo para los dos espadas.
Ilusión al salir de la plaza en los rostros de los viejos aficionados que vieron como "el toreo de antes", lo estaba haciendo "un torero de ahora" con todo un camino por recorrer.