La mentira de las corridas sin muerte
Qué tipos falaces. Los econacionalistas, los pancatalanistas, los podemitas, la izquierda radical, los tristes socialistas siempre sirviendo de coartada. Todo lo alegal, ilegal y fuera de cobertura de su presunta Ley que es un fraude de Ley se fundamenta en una mentira: la desnaturalización de la corrida que bautizan como corrida sin muerte.
El toro bravo también muere. Sólo que lo hace despojado de su grandeza, en la misma oscuridad del matadero proyectada en los chiqueros de la plaza, apuntillado cual manso, con idéntica cobardía, castrado de la oportunidad que le concede su raza, de su último fin: morir en el ruedo de poder a poder.
Mienten, se contradicen, balbucean estupideces, los pancatalanistas, los podemitas, los econacionalistas, la izquierda radical y los tristes socialistas. La defensa de las excepciones culturales viaja en una sola dirección. Si son extranjeras, si vienen de fuera, mejor. Desconocen el variopinto espectro ideológico que se mezcla en las plazas de toros, los foros más democráticos de España, quizá los últimos foros de libertad. Allí donde cada tarde la vida y la muerte libran una batalla a cara descubierta.
No hay, ni habrá, corridas sin muerte. Es mentira.
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